Fabricante de fantasía
7:54 | Author: Urbano
Una carcajada estallo en el auricular de su teléfono, ella también empezó a reír incontrolablemente, habían pasado ya cuatro horas de haber empezado la conversación.

- ¡Estas loco! Debe de faltarte un tornillo, mejor dicho tres tornillos.
Al oír esto el dejo de reír y en una forma seria contesto: -Oíste esa frase que acaba de decir, no la olvides…
Un silencio les acompaño por varios segundos y después volvieron a estallar en carcajadas.
- De acuerdo, no la olvidare… ¿Por qué no quieres que lo olvide?
- No te preocupes solo recuérdalo…

Su celular la despertó temprano aquella mañana, salto de la cama para ver si el nombre que revelaba la pantalla era el de la persona que había ocupado sus sueños aquella noche. Su cara al ver el cuadro de luz fue de desilusión, era un mensaje promocional. No podía creer que no haya recibido su llamada después de aquella noche. Miro el reloj y se percato que eran las 8:23 am, se dijo para sus adentro que era aun muy temprano para que la llamara y decidió rendirse nuevamente en los brazos de Morfeo.

Su inseguridad hizo trizas su razón, eran las 10:36 a.m. y no pudo volver a dormir, acostumbraba despertarse tarde pero ese día le fue imposible. Tendida en su cama comenzó a recordar todo lo sucedido la noche anterior, había conocido a un chico muy poco usual. Era extranjero, amable y muy educado, alguien importante, profesor de literatura francesa, y sobre todo joven, de unos escasos treinta y un anos, para su sorpresa podía mantener una conversación inteligente por más de diez minutos. Ella siempre espero conocer a alguien así, pero esta vez, ella no puedo mantener una conversación digna por más de cinco minutos. ¿Nerviosa?... tal ves…

Aquel viernes lluvioso de navidad, habían ido a la zona colonial de Santo Domingo, su parte favorita de la ciudad. Cuando caminaban hacia el Alcazar de Cristóbal Colon, una leve llovizna comenzó a caer. Ella le dijo que caminara más rápido para poder llegar al Alcazar y guarecerse del cernidillo. El la detuvo del brazo con suavidad, sacando un paraguas de su bulto de viajero, cuyo cinto cruzaba su pecho. Abrió el paraguas y le invito a que se guareciera debajo de el, ella tuvo que acercarse mucho a su pecho, en ese momento sintió su olor, su calor y al instante su corazón empezó a latir mas rápido. Se sintió avergonzada de que un extranjero estuviera más preparado para el cambiante clima de su país.

El le invito a ir al Museo del Ron en la calle Isabel la Católica, cerca del Alcazar, ahí se sentaron y degustaron de la mejor cerveza del país. El le comentaba que había viajado mucho, que estuvo todo un ano sabático en Francia para aprender el acento y que su nacionalidad era canadiense perteneciente a la parte francesa. Para ella fue gratificante estar sentada a la mesa con una persona tan interesante. Hablaron de libros y de varios autores. Ella llevaba una recopilación de obras de Oscar Wilde, el canadiense lo tomo en sus manos y le hizo un breve resumen de cada uno de los cinco libros de Wilde. Era evidente que el chico latino con cultura canadiense y galantería francesa era muy culto, y noto que había quedo pérdida en sus ojos negro azabaches ocultados por sus lentes de pasta con aire intelectual.

Cuando logro articular palabra pudo hablarle que quería ser escritora, que trataba de manejar el arte de escribir cuentos y pretendía concursar en varios certámenes internacionales el siguiente año. Le contaba que era profesional en el área de la comunicación y que actualmente estaba escribiendo unos manuales para un instituto reconocido del país. Le hablo de su página web, donde publicaba todo lo que escribía. En ese instante el pregunto si le gustaba mucho escribir para su pagina, ella contesto que si, cuestionando el objetivo de su pregunta, a lo que el respondió que cuando empezó hablar de su pagina sus ojos se iluminaron.

Cuando el dio su ultimo sorbo de cerveza le pregunto si tenia hambre, para invitarla a cenar, le dijo que conocía un lugar muy bueno por ahí cerca, llamado Falafel, era un restauran de comida árabe recién remodelado, ubicado en la calle Sánchez con Padre Billini en la misma Zona Colonial. Ella en verdad no tenia hambre y no podía decirle que tenia el estomago lleno de mariposas, además seria de mal gusto rechazar la invitación de tan galante extranjero. Antes de irse le dijo que iría al tocador, estaba tan extasiada en aquella cita que entro por el lado equivocado dando la vuelta al museo y apareciendo en el mismo lugar, encontrándose con aquel joven apuesto con modales de caballero francés. Al parecer el había ido varias veces a aquel museo del ron, ya que le indico el camino correcto para llegar al baño. Al entrar al tocador ella no dejaba de pensar de lo entupida que se estaba portando, se decía constantemente que se supone que el es un extranjero con solo cinco meses en el país y ya había elegido dos excelentes lugares y en cima de todo eso, el le había indicado la dirección correcta del baño en uno de los establecimientos.

Salieron en silencio del Museo de Ron. La lluvia había cesado y el dejo que ella caminara delante dibujándosele una pequeña sonrisa en aquella boca pequeña y rosada que de seguro conocía el arte del famoso beso francés. Se dirigieron despacio al vehiculo, ella comentaba algunos detalles de la historia de la cana y la danzas de los millones, pensó que de alguna manera tendría que hacer ver que ella tenia algo en la cabeza.

Ella nuevamente se disculpo del estado sucio de su vehiculo alegando que acababa de salir del taller mecánico, pero en realidad ese era el estado natural de su coche. Condujo con más prudencia que vergüenza por las calles estrechas y entaponadas de la Zona Colonial a esas horas de la noche. Llegaron al lugar y ella se parquea con gracia y destreza. Entran al restaurante, al subir los pocos escalones de la entrada el rosa suavemente su espalda guiándola hasta una de las mesas del remodelado lugar. Ella rompió el silencio explicándole que ese restauran era mas pequeño y al parecer había cambiado de administración, el pareció no importarle el comentario y pregunto donde estaba el baño.

Al llegar la mesera el la mira y le solicita los menú, la mesera contesta que todavía no están listos, por causa de la remodelación, al parecer conocía el menú y ordeno una entrada y su plato principal, ella ordeno lo mismo a la mesera. Al partir la empleada el introdujo el tema de sus vacaciones. Anteriormente ella le había comentado que se iría con toda su familia por 4 días a las montanas, agregando que si lo hubiera conocido antes le hubiera invitado, el contesto que tenía una idea mejor, y que tendría que cambiar sus planes. Planeo rápidamente un fin de semana con el. Le dijo que como en su casa no habría nadie se podían quedar los dos solos. El cocinaría y que también tendrían tiempo de trabajar, el tenia que revisar algunas traducciones y ella tenia que escribir sus cuentos. Solo pudo reírse a tan tentadora propuesta. La entrada llego, era Humus.

El le invito a probar al mismo tiempo que tomaba un trocito de pampita ungiéndolo en el patee y llevándoselo a la boca, ella le imito. Cuando los pedacitos de pan árabe se agotaron el deslizo con gracia su dedo índice en la pasta de garbanzos para luego llevárselo a la boca. Rosas rojas se agitaron en su sangre haciendo que sus pómulos se sonrojaran, el lo noto y pregunto si le estaba avergonzando, a lo que ella contesto que en lo absoluto, sabia que ese tipo de comida originalmente se comía con las manos. En realidad otro fue le motivo que hizo que sus mejillas se sonrojaran.

Tomo una servilleta y mientra limpiaba su dedo le dijo que había traído un regalo para ella. Introduce su mano en el bolsillo derecho y le aclara que no se preocupe que no era dinero. Los dos rieron. Una pequeña bolsa plástica sale de sus pantalones y con una sonrisa que la desarmo extiende sus manos hasta colocarlo en su servicio puesto en la mesa.

Las rosas nuevamente se agitaron es su sangre, le pregunto a que se debía ese regalo, a lo que el contesto que era su responsabilidad cuidar de ellos, tendría que entregárselo cuando el no necesitara. Ella con cuidado empezó abrir el regalo preguntándose que escondía aquella bolsita, al abrirlo los dos empezaron a reír. Aquel detalle le desato unas ganas irresistible de besarlo, se abalanzo hacia el con ternura, tocando delicadamente su pecho, lo beso. Ella intento retirarse y el la sujeto por la cintura y la beso nuevamente.

Después de aquellos besos donde sintieron que todo el restaurante desapareció a su alrededor, ella solo escuchaba su voz, haciéndole propuestas como si se enamoraban pasarían el resto de sus vidas juntos, que vivirían en los países fríos y que seria todo como en los cuentos de hadas. Ella le escuchaba atentamente sintiendo las nueves blancas y esponjosas en sus pies.

Ella visualizo como un ángel se acercaba volando con grandes alas a su mesa y traía consigo dos recipientes de aluminio, dentro de cada uno, un falafel envuelto en una funda plástica, blanca con franjas azules y diciendo aquí esta su orden. La mesera dejo la comida y se retiro al sentir la tensión que se sentía estar en esa mesa. Comieron en silencio y sin prisa, los dos sabían lo que pasaría cuando salieran de aquel lugar.

Alguien toco la puerta de su habitación, despertándola del trance donde la sumergieron los recuerdos de la noche anterior. Segundos antes sus manos se habían tornado traviesas al recordad el final de la velada, pero la puerta las retuvo.

Su hermana entro acostándose con ella en la cama. Con una sonrisa reprochaba la hora que llego a casa, 3:40 de la madrugada. Ella le miro con una cara descabellada. Su hermana le pregunto si le había llamado, a lo que ella respondió con un no sin palabras, mirando fijamente el regalo de aquel chico, con el cual sus dedos ahora jugaban. Levantándose de la cama, Su hermana le dijo que no se preocupara que si la noche fue buena el llamara y en el umbral de la puerta se detuvo, preguntando:
- ¿que haces con esos tornillos en la cama?
Dos semanas pasaron y el latino de nacionalidad canadiense y modales franceses nunca llamo ni contesto sus llamadas, solo desapareció entre las nubes del paraíso que el creo para ella, dejándole solo el recuerdo de su poca cordura.
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Se percato que la noche empezaba a caer, seguía fielmente las raíces del árbol, según las instrucciones de su madre, las cuales las llevarían hacia la casa de sus tías, pensaba en lo fácil que era llegar a su destino, solo tenia que seguir las raíces y todo estaría bien, pero algo la atormentaba y era aquel susurro que la despertó.

“Si las estrellas que están a tus pies desaparecen, corre y busca protección en tu libro.”

Sujeto su libro con fuerza y empezó a caminar. No le importo que la noche empezó a caer, solo pensaba que estaría bien cuando llegara a casa de sus tías. Mientras se internaba cada vez mas en aquella parte del bosque desconocida para ella sentía que miles de ojos la observaban.

Cuando la oscuridad reino rotundamente a su alrededor, se preguntaba como seguiría el camino. Pensó en buscar un lugar seguro para pasar la noche, pero su instinto le decía que no sobreviviría si se quedaba dormida. Mientras luchaba con la indecisión en su cabeza miro hacia sus pies y vio como poco a poco puntos luminosos se agrupaban con gracia y volvían a separase. Cuando extendió su mirada se dio cuenta que un firmamento de estrellas estaban a sus pies iluminando su camino. Eran miles de luciérnagas que hacían gala del don más preciado que le había regalado la naturaleza, crear luz, un albor celestial. Era hipnotizante ver aquellas criaturas revolotear a sus pies, como miles de estrellas que jugaban con sus piernas sin pasar de sus rodillas. Ahora podía ver claramente el camino.

Mientras emprendía el camino, alguien interrumpió sus pensamientos, ocupando toda su mente, era como si alguien le hablara desde dentro de su cabeza. Sintió miedo porque la última ves que había sentido esto, había luchado con furor por su vida.

- Hola Winifer! No te asuste…- le saluda una voz calidad y sabia.
- ¿Quien eres?
- Soy amigo de tu madre y te llevare a casa de tus tías. Soy el espíritu del Gran Árbol. Estoy aquí para guiarte. Solo eso, es un viaje que debes de hacer sola, revelara tu derecho a ser guardiana de la parte del bosque que ahora dejas a tras, dejándome a mi a cargo, para que te puedas convertir en una bruja tan poderosa como lo fue tu madre.
- No entiendo por que no puedes ayudarme, si eres amigo de mi madre.
- Ser guardiana del bosque no es algo fácil Winifer y desde el inicio de tu aprendizaje debes ganarte el respeto de este mar de vida. En tu linaje cada integrante de tu familia fue bendecida con un don. Tu tía Kloy puede extraer de las plantas y hiervas pócimas tan poderosas que podría burlar hasta la propia muerte. Tu tía Viuna maneja el arte de conjurar poderosos encantamientos y ineludibles hechizos. Todo esto ellas te lo podrán ensenar pero nunca llegaras ha tener el dominio que tienen ellas. Pero tu madre, la poderosa Bluhna, tenia el don mas especial que una bruja podría desear. Podía maneja la energía de las cosas.
- No entiendo, ¿en que consiste ese don?
- Ella con solo sentirlo podía hacer florecer a las plantas, que mis raíces llegaran a casa de tus tías, en pocas palabras, podía transformar la materia. Este don en manos equivocadas podría causar grandes desgracias. Porque no solo puede manejar la energía de un objeto, puede extraerla y trasformarla en otra manifestación de energía. Todos estamos hechos de energía, mi pequeña Winifer.
- Es decir que podía hacer que una rosa blanca se volviera roja.
- ¡Si! Exactamente, ella podía hacer cosas más grandiosas. Me gustaría contarte una historia. Además todavía tienes muchas raíces que seguir, puedo acompañarte.

Mientras la joven aprendiz caminaba por un mar de estrellas, oía en su cabeza todo lo que aquel espíritu susurraba con cariño en su conciencia. Ahora pretendía contarle una gran historia, la cual nunca olvidaría y que en realidad deseaba que alguien se la contara.

- Hace doce anos, cuando apenas eras una reciénnacida, tiempos oscuros amenazaban a todo el bosque. El gran consejo de brujas fue reunido. Las brujas guardianas del norte, sur, este y oeste estuvieron presentes. La parte este y oeste le había sido entregado a dos jóvenes brujas. Aunque las dos nuevas brujas eran excelentes hechiceras eran inexpertas en su trabajo como guardianas y esta era la preocupación mayor ya que se rumoraba que un grupo de brujas del lado oscuro querían adueñarse del bosque para darle riendas sueltas a sus macabros planes con las sombras y estas dos nuevas guardianes eran presa fácil. La parte sur nunca era molestada, ya que la bruja que guardaba esta parte era muy respetada y temida. Pero lo que el consejo no sospechaba que el mayor a ataque era para esta parte y no para la de las principiantes.
- Quiere decir que me estas contando la historia de cómo murió mi madre. – Dos lágrimas se deslizaron sin permiso por las mejillas enrojecidas de Winifer. Ella vio su libro y mientras caminaba lo apretó contra su pecho.
- Si…

Entre emoción y tristeza Winifer rogó a sus pensamientos que siguiera. El Gran Árbol al verla emocionada con la historia comenzó a colocar imágenes en su conciencia. Ella veía a su madre en sus pensamientos. El espíritu seguía relatando la historia.

- Cuando el consejo tomo las medidas necesarias para cualquier ataque maligno, tu madre emprendió rápidamente el viaje de regreso hacia su casa. Estaba preocupada, aun eras muy pequeña para viajar y por esto tuvo que dejarte. Cabalgaba a toda prisa, te había dejado con tu nana, pero en aquellos tiempos todo era más peligroso. Montaba abriéndose paso con su báculo, con sus sentidos a flor de piel y un mal presentimiento en el corazón. Decidió tomar un atajo para llegar más rápido, aquel era más tedioso por su gran vegetación. Al llegar a el su caballo se detuvo relinchando, era mas que un relincho, era un grito de tristeza. Lagrimas brotaron sin pudor alguno al ver tan escabroso lugar, aquel desvío del bosque era ahora un desierto, los árboles habían desaparecido y los que aun seguían en pie estaban secos y sin vida. Pero tu madre no pretendía detenerse al ver a lo lejos una gran llamarada que se agitaban para llegar al cielo, ella supuso sin equivocarse que era su casa que ardía en llamas siniestras. Le susurro a su corcel que no podían rendirse ahora y de un gran salto entraron al espacio desolado. Con la gracia de un gran jinete levanto su vestido, dejando sus hermosas piernas descubiertas al frío de aquella noche de luna llena, colocándose de espalda a la cabeza del caballo. Soltándose de manos y extendiéndolas a la luna, manipulo las energías de aquel suelo que aun era fértil y a la medida que avanzaba los retoños de vegetación comenzaron a brotar de la tierra, volviendo a cubrir de verde aquel árido paisaje. Así siguió cabalgando hasta que sus ojos comenzaron a ver un bosque que crecía gracias a su gran poder. Con la misma gracia volvió a voltearse tomando nuevamente las riendas del corcel.

Winifer seguía abriéndose paso entre las estrellas y escuchando aquel pensamiento emocionante sin esperar un final feliz.

- Mientras más le exigía a su caballo mas se acercaba a las llamas. Cuando al fin llego, se detuvo a una distancia prudente, ella sabia que era una emboscada. Se lanzo con agilidad de su compañero y con su báculo en mano camino despacio hacia las llamas en tu búsqueda. Cuando estuvo lo bastante cerca, noto que las llamas no la obedecían y que en el pórtico, ahora incandescente, habían dos mujeres vestidas con túnicas negras y sombreros de espanto. Una de ellas te tenía en brazos. Tú llorabas sin consuelo, tus llantos hicieron que tu madre perdiera el control. Una implacable tormenta estallo en el momento apaciguando el fuego que tu madre no pudo controlar. Ella grito más fuertes que los relámpagos que azotaban al bosque. Bluhna le exigía que no te hicieran daño y que inmediatamente fueras devuelta. Una enredadera con grandes y suaves hojas se arrastro hasta el pórtico ya apagado. Pero las brujas seguían inmóviles. Las enredaderas llegaron hasta sus pies girando elicoidalmente hasta hacer un pequeño cesto. Al ver que esto no les inmuto, tu madre con gran destreza y como si alara una cuerda de las nubes de tormenta, alo dos rayos que coloco sobre ella de forma amenazadora apuntando a sus cabezas con su báculo. Sonrisas macabras se dibujaron en aquellas caras de maldad y por fin articularon palabras, diciéndole a Bluhna que tú no le eras útil, que podían encargarse de ti cuando ella pereciera en la lucha que sostendrían a la luz de aquella luna silente. Ella te dejaron en el cesto y las enredaderas te aseguraron y te trajeron rápidamente hacia mis. Yo cuide de ti mientras tu madre cuidaba de todo el bosque. Dejo correr aquellos dos rayos sin piedad hacia las invasoras y rápidamente internándose en el bosque que ella había acabado de rehacer. Aquellas dos brujas juntas eran tan poderosas como tu madre. Majestuosos conjuros y poderosos hechizos fueron lanzados esa noche pero tu madre no cedió. Tanto Bluhna como las malvadas brujas estaban agotadas de tanto pelear y como ultima alternativa las siniestras se diluyeron en las sombras malvadas del bosque – aquellas que forzaron tu iniciación- para confundirla, quitarle su báculo y atacarla desde la espalda. Las nubes de la tormenta segaron la luz de la luna. En medio de la oscuridad tu madre no tuvo otra salida que hacer lo inaceptable, pero era la única forma de destruir cualquier oscuridad. Si destruía la oscuridad las brujas morirían también. Yo sabía lo que tu madre estaba a punto de hacer como ultimo recurso y te lleve hasta lo más profundo de mis raíces. Tu madre tomo su caballo y cabalgo tan rápido como pudo hacia mi, que soy el centro del la parte sur del bosque. Hizo una reverencia dirigida hacia mí y enterró su báculo en una de mis raíces. Abriendo sus brazos como si casi se le desprendieran de sus delicados hombros manipulo toda la energía del bosque haciendo que cada gota de energía que tuviera todo ser viviente en el bosque comenzara a calentarse. Tu madre no permitiría que esas brujas se adueñaran del bosque. Yo empecé a calentarme pero confiaba en ella. Cuando la oscuridad se dirigía hacia ella para engullirla todos los árboles estallaron en llamas. El fuego ilumino cada rincón del bosque desintegrando por completo las tinieblas y al mismo tiempo las malvadas brujas. Mientras yo era consumido por aquel fuego que hizo tizas la oscuridad observaba como todo el bosque era sacrificado. Todas las plantas se consumían con honor porque respetaban la decisión de Bluhna. Pero antes de que las brujas murieran completamente se le fue otorgado el privilegio de maldecir a tu madre por haber quemado todo el bosque. Ellas sabían que tu madre moriría con el bosque, así que la maldijeron hasta su tercera generación.

- ¿Y cual fue la maldición?
- No puedo decírtela…
- ¿Por que? ¡tienes que decirme! – Winifer era un manojo de nervios, ella cargaba con una maldición, la cual no le había sido rebelada.
- No puedo decirte, porque cuando fue conjurada ya yo me había consumido, ya era cenizas.
- Pero… no entiendo… ¿como es que ahora me estas guiando a casas de mis tías y hace doce anos eras cenizas?

Un estruendo hizo vibrar al bosque, dejando en blanco los pensamientos de Winifer, ya no podía oír al Gran Árbol. Ella se detuvo para ver que había sido aquel cisco. Noto que el bosque estaba oscuro y al mirar hacia sus pies, las luciérnagas habían desaparecido. Todo estaba oscuro no veía las raíces, sabia que si se alejaba del camino se perdería. El ruido volvió a sonar y esta ves más cerca de ella. Intento caminar de espalda, con la vista hacia donde provenía el sonido. Volvió a sonar, y esta ves a unos pocos metros de ella, en ese instante cae al musgoso suelo del bosque y empieza a arrastrarse en la oscuridad sin saber hacia donde correr. Sujetaba con fuerza su libro, pero no se atrevía a buscar refugio en el porque no podía leer nada en la penumbra. Logro incorporarse y correr nuevamente. Otra ves el estruendo, ahora mucho mas cerca. Ella corría desesperadamente en la oscuridad. De pronto a la distancia logra ver un destello de una luz de un azul celeste que parpadeaba, ella no sabia que era, pero decidió correr hacia la ella. Nuevamente el sonido casi pisándole los talones. Winifer solo atino a correr hasta aquel rallito de luz. Solo pensaba que podía encontrar alguna ayuda en su libro cuando pudiera ver con aquel destello. Mientras mas se acercaba a la luz, mas fuerte era el destello. Cuando ella pudo llegar la luz de aquel cristal, incrustado en un hermoso báculo, iluminaba varios metros a la redonda. El sonido otra vez. Rápidamente Winifer se percato que el báculo estaba clavado en una de las raíces del Gran Arbol, lo observo rápidamente y se dio cuenta que era el báculo de su madre. En su mente algo le susurro que aquella hermosa herramienta le pertenecía. El sonido casi hace estallar sus oídos, era como si un inmenso animal estuviera cavando por debajo de la tierra y cada cierto momento tiene que escupir la tierra hacia arriba. Winifer ágilmente se arrodilla bajo la luz celestial del báculo colocando su libro delante de ella, hojeo con rapidez buscando alguna ayuda. En unas de las páginas con el titulo de hechizos temporales encuentra uno para paralizar animales. El estruendo otra ves y otra ves y otra ves, hasta que se detiene a un metro de ella. Lee rápidamente el hechizo, dice que solo paraliza al animal por unos vente minutos. Una bestia espantosa sale disparada del suelo, sus ojos rojos sin dirección iban directamente hacia Winifer. Este animal era peludo, parecía una boca gigante atestada de dientes, filosos como cuchillos de carnicer, dos garras con unas espantosas y un torso en forma de cono sin patas y en todo su cuerpo dibujos extranos con una tinta que brillaba como las liciernagas en la oscuridad.

“Los movimientos de un animal
paralizados deben estar
que tus movimientos parados estén
por el tiempo que yo deba correr”


Cuando la joven bruja recitó aquel hechizo la bestia se detuvo en el aire y callo al suelo como una roca. las marcas de luz de su cuerpo se desprendieron en diminutas estrellas sentellantes y desaparecieron rapidamente. En ese intenten, cerro el libro, lo tomo y se levantó para empezar a correr nuevamente. Mientras se alejaba de la escena noto que todo se hacia oscuro nuevamente. Vuelve tras sus pasos y desprende el báculo de las raíces del Gran Arbol, al tomarlo no se imagina las innumerables noches que aquel objeto le acompañará y mas aun, las grandes aventuras que vivirán juntos. Observa nuevamente al animal y se da cuenta que empieza a moverse nuevamente, reanuda la huida. Mientras corría ahora con el camino iluminado prestar atención a su ropa toda rasgada y sucia, los moretones y rasguños de su cuerpo. Sigue corriendo despavorida, pero guiada por las raíces. Otra vez aquel sonido, la bestia despertó y esta ves se oye más furiosa. Aquel animal ahora venia con más fuerza y más rápido, Winifer corría cada ves mas, se cuidaba de no caer. La bestia nuevamente casi bajo sus pies. De pronto las raíces terminan en unos arbustos a pocos metros y un claro más adelante. Ella sigue corriendo. El animal sale disparado de la tierra con un gran estruendo y cae al suelo casi mordiendo las pequeñas piernas de la nina, solo con sus dos garras se arrastra a gran velocidad. Winifer se interna en los arbustos y el animal intenta seguirla cuando ella cae del otro lado de los matorrales, en el claro que había visto desde lejos, resignada a que sus piernas están a punto de desaparecer en las fauces de aquella bestia. Todo se detuvo. El feroz animal no salio disparado de los arbustos para desprenderle las piernas. El libro y el báculo cayeron delante sus manos extendidas. Ella empezó a llorar y giro la mirada con recelo hacia los arbustos y noto que el animal huía despavorido sumergiéndose nuevamente en la tierra. Al mirar nuevamente hacia el frente nota que esta siendo observada por dos imponentes señoras paradas en el umbral de la entrada de una casa hermosa.
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Dolor
15:17 | Author: Urbano
Que tan fuerte puede ser el dolor? Es increíble el punzón que puedes sentir en tu corazón cuando ves sufrir a una persona que amas, creo que esa seria la tortura más torturadora de todas las torturas. No cambio “tortura” porque es una de las palabras más crueles para expresar dolor expuesto en otra persona.

Mi sobrinita que apenas tiene dos anos, corría con una sonrisa dibujada en su rostro, se dirigía hacia mía como la niña más feliz de todo el planeta, corría a mostrarme uno de sus juguetes. Gritaba de alegría y con la emoción de estrellarse en los brazos de su tío.

Y de pronto su pequeño cuerpecito no se estrello en mis brazos, no sentí su carocito en mi pecho y su dulce sonrisa de brisa fresca muy cerca de mis oídos. Venia muy rápido y sus desincronizados pasos hicieron que cayera al piso. Dientes de leche colisionaron sin piedad contra el piso, pero sus labios de pétalos de rosa estaban aun entre los dos protagonistas de la colisión. Yo quede paralizado por varios segundos después de mi intento fallido por detener su caída. Mi pequeña quedo tendida y mucha sangre empezó a salir de su delicada boquita. La levante rápidamente intentando calmar sus gritos de dolor mientras que a mi alguien despiadado apretaba mi corazón haciendo sentir un dolor mas fuerte que si alguien me hubiera golpeado con un bat de béisbol en las piernas.

Ganas no me faltaron de llorar con mi princesa. Minutos después sollozaba en mi hombro y yo sufriendo su dolor.


Para:
Mariel Zorrilla Frías
Mi princesa, mi alegría, mi miedo al dolor.
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