Puedo Mover un Dedo?
18:05 | Author: Urbano
Despertar en un mañana normal de lluvia, donde el día perfilaba ser igual que el anterior, mucha lluvia, tapones, charcos por doquier, pero lamentablemente no fue así.

La noche anterior recibo un mensaje de mi amiga Noelia que decía: "amigo no la estoy pasando bien" . Sabia que ella vive en una zona baja de Sabana Perdida, pero no pensé que estaría en peligro. Intente llamarla después de recibir el mensaje, pero fue en vano, ella no contesto ninguna de mis llamadas.

Empecé a preocuparme, fue la primera vez que la tormenta Noel me afecto directamente, los días pasados de tormenta, increíblemente, fueron días de fiestas para mi. El lunes nos fuimos temprano de la oficina, pare donde Rita y Anide y terminamos viendo las espectaculares olas del mar Caribe con unos traguitos para mantenernos calientes. El martes termine en Game Works con mi amiga Leticia cenando y bebiendo. Las lluvias torrenciales nunca me detuvieron para andar con toda libertad en las calles atestadas de vehículos y charcos, pero hoy es diferente.

Esta mañana mis ojos se abrieron con el sonido de mi celular, el ID decía que era Noelia, pero cuando conteste no pude saber quien me hablaba, escuchaba a una joven que solo lloraba y que no podía decir nada, de mi audicular solo salían llantos.

La llamada callo.

Intento llamar a Noelia desesperadamente pero no contesta, ya estoy hecho un manojo de nervios, hasta que hago un último intento antes de salir para su casa. Ella contesta y esta llorando. Le pregunto que paso y Noelia se intenta calmar y empieza a narrarme su odisea.

Desde que empezó la tormenta no he podido dormir, soy nueva en el lugar y no se como se ponen las calles cuando llueve. Los dos primeros días, el agua entro en la casa y me alcanzo los talones, pero nadie en el lugar abandonaban sus casas. Tuve que apilar todas mis cosas en la mesa del comedor, mi pequeña nevera, estufa, la televisión, la cama, mi ropa, entre otras cosas, con el fin de evitar que se mojaran. Estaba muy nerviosa, intente llamarte, pero el teléfono ya no servía, pero gracias a dios a media noche el agua bajo.

Así pasaron dos noches seguidas, pero ayer fue diferente, la lluvia no cedía, las horas pasaban y el nivel del agua seguía aumentando, yo intentaba desesperadamente mantener mis cosas secas, hasta que la mesa del comedor donde tenía todo, colapso, todo callo al agua, yo estaba sola y no pude hacer nada más que llorar. Sin darme cuenta ya tenia el agua a nivel de la cintura, en ese momento decidí irme de la casa. Cerré todas las puertas como pude y nade a una parte más alta. Solo salí con lo que tenia puesto, con el celular en una funda para que no se mojara y un poco de dinero que tenia para alguna emergencia. He recibido noticia de la zona, me cuentan que la mayoría de las casas han sido saqueadas. Solo espero que todo esto pase para ver que quedo en mi casa.


No tuve palabras para consolar a Noelia, que palabras tenia yo para decirle? Mientras ella luchaba con la madre naturaleza para cuidar lo poco que tenia, yo me divertía. Ahora esta de mas decirle que todo estará bien. Se que todo estará bien para mi, pero nada me garantiza que las cosas mejoraran para ella, por eso decidí escribir esto. Esta ves no quiero quedarme de brazos cruzados, quiero ayudar.

No siempre las noticias de este tipo nos afectan directamente, es muy difícil que tengamos amistades o familiares que vivan en lugares que puedan ser afectados por estos fenómenos. Vemos las noticias y con sentirnos un poco tristes por las miles de personas que desaparecen, se quedan en la calle o simplemente mueren, creemos que cumplimos. Estamos satisfechos porque aquel sentimiento de tristeza nos recuerda que todavía somos algo humanos, que aunque tengamos el deseo de hacer algo más que sentirnos tristes no tenemos el valor de mover un dedo.

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Esta entrada fue un mail que envié a todos mis contactos para pedir ayuda para mi amiga Noelia y su Comunidad. Al enviarlo muchos de ellos empezaron a mover los dedos es decir a enviar ayudas. En pocos días en mi carro solo había espacio para mí ya que estaba lleno de donaciones.

Un pequeño grupo de amigos junto a Noelia nos dirigimos a la Barquita de Sabana Perdida y palpamos el desastre, solo ayudamos al rededor de 65 personas, y cuando nos fuimos todos teníamos un sentimiento en común, era un vacío, eran ganas de volver.

En el transcurso de la semana todos comenzamos a recolectar donaciones y volvimos a la semana siguientes, pudimos ayudar al rededor de 290 personas, entre ellas, niños, ancianos, personas que quedaron solas ya que sus familias completas habían desaparecido.

En realidad agradezco en lo más profundo todos los que movieron un dedo para que nosotros pudiéramos llegar a esas zonas afectadas y dar un poquito de aliento a las personas que sufrieron el desastre.




Desmontando las donaciones


Clasificando las donaciones


Distribuyendo las donaciones


Caritas felices

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