Aprendí, Memorias 2010
7:51 | Author: Urbano
Todo los acontecimientos de nuestras vidas hay que verlos como una serie de puntos; cuando suceden estos eventos (buenos o malos) no entendemos el por qué, pero al final de una temporada si unimos los puntos toman forma, cobran sentido como por arte de magia y te das cuenta que en realidad todo sucede por una razón.

Te das cuenta que por tu vida pasan personas que en realidad son el puente para conocer otras, es un puente temporal y te llevan a lugares formidables. Estos puentes se derrumban obligándote a no regresar.

Te das cuenta que tu familia es un pilar importante en tu vida y que debes contribuir para mantenerla unida y fuerte.

Te “vuelves” a dar cuenta que hay personas que intentan con todas sus fuerzas ser buenas, pero no es su naturaleza y te decepcionan.

Te das cuenta que las personas que creías no aportarte nada te llenan la vida de momentos agradables.

Te das cuenta que hay cosas que debes dejarlas ir, que estuvieron contigo el tiempo necesario. Que contribuyeron con la series de puntos.

Te das cuenta que no todo el mundo tiene tu mismo punto de vista y debe haber respecto mutuo para los mismos.

Te das cuenta que las amistades verdaderas siempre regresan aunque haya explotado una bomba atómica entre esa amistad y tu.

Te das cuenta que hay amistades que con los años se convierten en un lazo familiar.

Te das cuenta que te encuentras con personas que rápidamente se estacionan en tu corazón para quedarse.

Te das cuenta que en muchas situaciones eras mas que un instrumento y debes dejarte llevar y cuando tu trabajo esta hecho debes desaparecer.

Te das cuenta que hay personas que te valoran aunque tu nunca lo hayas valorado.

Te das cuenta que la amistad no se demuestra con palabras sino con hechos.

Te das cuenta que hay personas que nunca aprenden y debes dejarlas ir.

Te das cuenta que para ser amigo hay que comprometerse.

Te das cuenta que si no amas no sonríes, si no sonríes no eres feliz, si no eres feliz te pierdes de muchas cosas.

Te das cuenta que compartir te hace feliz.

Te das cuenta que cada final es un nuevo comienzo.

Te das cuenta que debes ser lo suficientemente valiente para librar una batalla, pero mas valiente aun para saber retirarte.

Te das cuenta que empezar desde cero es una oportunidad.

Te das cuenta que si empiezas desde cero y sigues mirando hacia tras el comienzo se hace mas difícil.

Te das cuenta que el camino de regreso del infierno esta lleno de humildad.


Me he dado cuenta de todo esto en este año que termina, con mis vivencias con mis relaciones de amistad, familiar, laboral. Quise compartirlo porque compartir te hace feliz y tal vez puede que aporte sea de ayuda para otros. Feliz año nuevo! Y gracias por leer todo lo que se me ocurre. Un fuerte abrazo!!
Dañino entusiasmo
17:28 | Author: Urbano
Vas por la vida, caminando. Tropiezas; de una u otra forma tienes que levantarte. Sigues andando pero hay derrotas que quieres sentirlas, saborearlas, llorar.

El entusiasmo puede llegar a lastimar, a no dejarte descansar, a no dejarte caer en ese espirar de pesimismos al que todos temen. Ese, en muchos casos verdugo, despliega sus alas, como un paracaídas que se abre sin permisos. Te elevas, cuando quieres dejarte caer.

Un cerebro que no deja de pensar en alternativas, en rutas de escapes. Un perdedor resistiéndose a perder, un ganador luchando con sigo mismo para caer derrotado.
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Fotografías vetadas...
8:58 | Author: Urbano
Subió las escaleras con el desanimo de creer que el ultimo escalón estaba en el cielo. Al entrar ya no soportó el peso de sus zapatos y los dejo tirados en la entrada, abrazando sus pies el frío piso. Aquel frío le pareció tan semejante al del tren, pero lo sintió en el estomago, al recordar que por fin podrá ver aquella fotografía en la seguridad y comodidad de su cama, con poca ropa y holgados calzoncillos, que dejarían alzarse libremente al más interesado. Puede que deje su mente rondar por oscuros pasadizos de la lujuria y el auto placer.

Ya en su lecho recostado, y con los parpados tan pesado que acarician sus ojos una y otra vez, cada vez más lento, como quien limpia con cariño un cristal. Su respiración es más lenta y sosegada. Su cuerpo se entrega como una roca en el fondo de un lago, cayendo con todo su peso y acariciando el lecho al llegar. Logró teclear su celular buscando aquella fotografía, que finalmente la verá con tranquilidad y libertad.

Al fin la fotografía. El interesado intenta moverse. Oscuridad... la fotografía nuevamente; casi no puede enfocarla... oscuridad... la fotografía nuevamente... oscuridad... la foto... oscuridad... oscuridad hasta el amanecer.

La foto... Buuuuhhh!!! (un pequeño susto le embargo).
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Si te gusta, ¡disfrútalo!
21:08 | Author: Urbano
A veces es bueno sentarse y escribir. Sin pensar en el montón de criticas que puedas recibir. Criticas que pueden llegar a desanimarte y tronchar un millón de sueños que tienes anotados en tu carpeta.

Escribo, no para intelectuales. Sin pensar en los verbos mal utilizados. Si la idea es coherente; si tienes el mejor titulo. Si quieres escribir solo escribe, y si tu mejor amigo, aquel, el sincero, el que aprecia solo las cosas que son capaces de llegar al corazón; si le gusta! Adelante vuela que el cielo es tuyo.

Escribo para gente común. Para personas que antes de criticar prefieren disfrutar. A personas que sonríen con un chiste entupido. Aquellos que prefieren bajar el cristal y sentir el viento. A los que tocan las cosas y sienten su textura, su olor, sin temor a que los detengan. A los que no se avergüenzan de disfrutar los pequeños detalles de la vida.

Aunque eruditos digan que esta mal, otros, los que leen y saborean con algo mas que montones de información. Esos que anteponen el corazón antes que la razón, dirán que esta bien. Y aquí radica el talento.

Saber que a una gran mayoría les gusta, no a la minoría que han leído cientos de libros y se han enfrascado en los paradigmas del pasado y en dogmas de otro hombre de carne y hueso. Si te gusta disfrútalo.
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Estamos juntos en esto
20:59 | Author: Urbano
-Corrí por aquel pasillo sin atreverme a mirar hacia tras. Oh! Que frío espantoso hace en el lugar, por momentos sentí que algo me perseguía, pero no oí paso alguno.
-Y como pudiste escapar.- le dijo la joven abriendo los ojos centellantes.
-Es que aun no he salido. – Dijo, desviando la mirada de forma dubitativa.

Mientras su frente se poblaba de arrugas, la joven le pregunto: - ¿y que vas hacer?

-Aun no lo se.-le dedico una mirada entusiasta como quien busca ayuda y le dijo: -¿Quieres correr conmigo?
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Incursionando en poesía!! la primera
15:22 | Author: Urbano
A tu timidez

Puede que hablar no puedas
aunque se que quieres
no te preocupes por las riendas
de las conversaciones que empiecen

Aunque la timidez te acompañe
no siempre es buena compañera
porque así como te place
no permite que otros te quieran

Si tu silencio adornase las montañas
Estaré contento de solo contemplarlas
Pero si ameritase una conversación grata
Ahí estaré yo para regalártela
Mercedes, Octavio y los Compañeros
21:45 | Author: Urbano
Todas las noches eran de pesadillas, con la única diferencia que estaban despiertos. Mercedes siempre fue más valiente que Octavio, pero el se esforzaba. Tenían tres niños. Eran dos saludables niñas y un varoncito enfermizo. Los pequeños eran testigos inocentes de las calamidades de cada noche.

Era común la llamada a las una de la madrugada de la madre de Octavio para verificar si ya estaban durmiendo, la respuesta siempre era no. Sus llamadas siempre finalizaba con su recomendación habitual de leer el salmo veintitrés, después de haber casi rogado para que salgan con los niños de la casa y fueran a dormir a la de ella.

Mercedes y Octavio en su desesperación lo intentaron todo, pero era imposible, en las noches al apagar las luces la casa pasaba a otros dueños y ya resignados optaron por no temer a sus compañeros.

Podían oír continuamente como las puertas se abrían y cerraban solas, como si anduvieran personas en la casa. De vez en cuando el varoncito era molestado y despertaba sin gritar. La hembrita mayor con su espíritu rebelde siempre despertaba aterrorizada hasta que Mercedes tenía que ir a calmarla y dormir con ella, haciendo caso omiso cuando le halaban el dedo pulgar del pie izquierdo.

A pesar de las pesadillas con ojos abiertos de la familia, en el día todo marchaba bien, Octavio pronto completaría el inicial para una casa mas grande. No abandonarían a sus compañeros nocturnos por temor, sino porque la casa de solo dos habitaciones ya les era pequeña para su familia y deseaban tener una habitación solo para el varoncito.

Convencida por la madre de Octavio, Mercedes accede a ir donde una señora, que según su nuera, le daría una luz de lo que estaba pasando. Dejo al varoncito, muy enfermo de diarrea, con su hermana y salio con su nuera. La señora le dijo que en su casa habitaban indios, si querían deshacerse de ellos debía de verter agua clara en las esquinas de la casa y barrerlas con una escoba nueva hacia fuera y como recomendación final le advirtió que Octavio no se bañara en ríos, que podría ser halado hacia el fondo por los indios. Mercedes camino a casa compro la escoba y estaba decidida a seguir las indicaciones de la señora.

Al llegar a la casa no tuvo tiempo de seguir indicación alguna. Se entrego en cuerpo y alma a lavar pañales y tratar de mantener hidratado al varoncito. La noche callo con recelo y el niño no pudo dormirse. Sus gritos esta vez molestaban más que los asedios de los compañeros. Octavio, esa noche, durmió con las niñas, mejor dicho, intento dormir. Pataleaba de vez en cuando espantando a algún compañero que le halara los dedos de los pies, o levantarse bruscamente de la cama cuando sentía una rodilla apoyarse en el colchón. Un sueño profundo, de cansancio, lo embargo, mientras abrazaba a las niñas para evitar que la molestaran.

En la habitación contigua Mercedes rezaba al cielo que su varoncito sobreviviera la noche, se mecía ansiosa en la mecedora con el en su regazo. Había perdido la cuenta de las veces que había cambiado el pañal blanco de algodón. El cansancio no le hacia conciente de que si era ella misma que se mecía. Cuando el sueño casi le vence y el niño dormitaba sintió que volvía hacerse. El calor de la suciedad del niño le activo mecánicamente para irle a cambiar, pero la mecedora no se detuvo y ella no pudo detenerla. No sabia si se había quedado dormida, no pudo distinguirlo, pero podía sentir el líquido caliente que se colaba por el pañal. En ese instante sintió como el varoncito le era desprendido de su regazo y luego de sus brazos. No pudo gritar, no pudo moverse, no pudo llorar y el varoncito ya no estaba en su regazo en aquella habitación oscura.

Todo paso tan rápido que no se percato que la mecedora dejaba de moverse y sentía como un bulto en la oscuridad, que respiraba, le era puesto en su pecho y sus manos fueron colocadas suavemente en la espaldita del varoncito. Cuando sintió que la cabecita se apoyaba en su hombreo, se levanto de la mecedora como si despertara de una pesadilla y no hizo mas que cambiar mecánicamente el pañal de algodón que ya no era blanco.

Esa fue la última vez que cambio el pañal esa noche. Al día siguiente no utilizo la escoba y nunca le dijo a Octavio que dejara de bañarse en ríos.
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¡Mami! Tranquila… Sobeida
19:40 | Author: Urbano
La lluvia azotaba sin piedad el canal de La Mona, mientras ella era flagelada por otras cosas que martillaban su cabeza: La condena inapelable de no volver a ver a Figueroa Agosto, su destino en la cárcel de Najayo y las ultimas palabras que escucho de su amado protector: - “¡Mami! Tranquila…! Todo acabo.”

Para ella su vida, aparentemente, había acabado. Ya no tenia ni vestigios de su libertad y sin mencionar el sobresalto de recordarse que su vida esta al filo de la navaja. Su carga eran mas pesada al no estar a su lado, prefería morir al no estar bajo la protección de su querido Agosto, tan caliente como su tocayo, el mes de verano en el caribe.

En lo más profundo de sí, no le temía a la muerte. Mientras un pensamiento ganó terreno delante todos los otros que la atormentaba. Abrió su cartera Louis Vuitton y busco sus caros maquillajes, sin sonreír, sin decir palabra, empezó a retocarse y las palabras que daban forma a la idea, ahora claras en su cabeza, rezaban: “El instante después de la muerte puede ser la gran sorpresa que me tiene guardada la vida.” Guardo con mucha tranquilidad todos los utensilios y en el fondo de la cartera se topo con uno de extraña forma, no recordaba haberlo comprado, pero ahí yacía el frasco. Sin embargo ella estaba demasiado abatida para probar maquillajes y el tubito negro con tapa roja lo coloco en el bolsillo superior de su gloriosa cartera.

Un chirrido acompañado de una leve turbulencia le espanto, recordándole que ya había llegado a Santo Domingo. Cuando fue abierta la compuerta del avión llovía a cantaros, pero igual fue recibida como un mandatario de estado, por las cantidades exageradas de militares con caras de incompetentes. Ella sonrío. Bajo junto al fiscal del distrito con el cual comento varios temas en el trayecto. Su serenidad era tal que pareciera que algo tramaba. Pero el fiscal estaba confiado, al el oír las palabras de Figueroa: -“!Mami! ¡Tranquila! Todo acabo…”

Al bajar se percato que había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de las Américas y no en la Base Aérea de San Isidro, esto la inquieto. Le colocaron un casco y un chaleco antibalas que no hacían juego con su cartera y la condujeron a una jeepeta Ssangyoung y en conjunto una caravana de jeepetas, hacía quince vehículos en total. Tomaron la autopista Las Américas rombo a la cárcel de Najayo a toda velocidad.

Sobeida estaba sentada en el asiento trasero, con un militar encapuchado a cada lado, el chofe y un copiloto. Mientras avanzaban el silencio se hizo sepulcral, como si se concentrara, ensimismada en sus pensamientos mirando al cielo por la ventanilla superior del vehiculo. Uno de los militares la observo con suspicacia pero ella no se inmuto.

Un zumbido que al parecer le era familiar, la hizo pestañar rápidamente, como si saliera de un trance, se mantuvo con la vista fija al cielo y espero. La fila de vehículos a alta velocidad se acercaba al túnel de Las Américas bajo la lluvia espeluznante. La carretera estaba oscuras, típico en la ciudad de Santo Domingo y más aun en días de lluvia. Mas adelante a lo lejos ya se vislumbraba las luces del túnel. En ese instante un helicóptero, tan negro como un cuervo, descendió desde las oscuras nubes justamente encima de la caravana de seguridad en pleno movimiento. Justamente a unos cuantos metros encima del vehiculo donde iba Sobeida saltaron como lagartos azabaches. Cuatro hombres a ráppel, fornido y con vestimentas blindadas. Sin titubeo alguno y sin cabida a ningún margen de error se acoplaron a las defensas del vehiculo, uno en cada esquina. Cuando los otros vehiculo en la caravana se percataron de lo que pasaba, ya los cuatro lagartos escalaban por las sogas ahora ancladas a las defensas de la jeepeta. Toda la caravana acelero entorno al vehiculo apresado y disparaban al helicóptero, el cual solo era ubicaban por el zumbido y las sogas. Los lagartos ya no se veían trepando. La caravana seguía avanzando a gran velocidad para huir y buscar la seguridad del túnel.

La jeepeta nunca hizo intento de resistirse y siguió avanzando hacia la entrada del túnel mientras que los otros vehículos le seguían y disparaban al helicóptero. Por radio solo se oían a los militare decir que todo estaba controlado que cuando llegaran la túnel Soseída estaría a salvo y solicitaban refuerzos. Apostaban a que el cuervo soltara las amarras para evitar estrellarse.

A unos cuantos metros del gran umbral iluminado uno de los militares que disparaba desde la ventanilla de unos de los vehículos de la caravana, noto que las gomas de la jeepeta no tocaban el pavimento, y que seguía siendo dirigida hacia el túnel. Alarmado alerto a todos, tenían que detenerla. Trataban de llamar a los custodios de Sobeida pero no contestaban.

Mientras el vehiculo se dirigía suspendido a pocos centímetros del asfalto toda la caravana se encarrilaba en las vías del túnel sin oportunidad de desvío ni retorno alguno y fue cuando a escasos metros de la boca iluminada la Ssangyoung se elevo.

El zumbido del helicóptero de última generación fue sustituido por la algarabía de los militares disgustados, ahora con sus manos vacías y sus catorce vehículos varados en la entrada del túnel. El cuervo desapareció en la tenebrosas nueves de tormenta llevando a rastros su presa.

En algún lugar de los hatos del este de Republica Dominicana, una Ssangyoung descendió de los cielos. Unos minutos después alguien con una mascara extraña abrió la puesta trasera y saco bruscamente el encapuchado que dormía encima del cuerpo inerte de Sobeida. El enmascarado tomo de las manos de la cenicienta el tubito negro con tapa roja desprendida y lo dejo caer en el piso del vehiculo. La saco con cuidado, casi cariño y luego de caminar nos metros se tendió en el suelo. Con ella en su regazo se quito la mascara y le dijo: - ¡Mami! Despierta que estaremos bien.- Sus ojos abrieron y se dijo para sus adentros, palpando su cartera aun colgada de sus antebrazos: - Sabía que tenía que retocarme.-
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Paranoia de perder tus recuerdos
20:50 | Author: Urbano
En el oscuro silencio de mi habitación, cada noche me embarga el miedo de perder tus recuerdos. Cierro los ojos y las imágenes de nuestros mejores momento cada vez las veo más borrosas que la noche anterior. ¿Será por las lágrimas que se anegan detrás de mis parpados? ¿O el tiempo cruel que ha pasado desde tu desaparición?

Cada noche pierdo detalles preciosos de nuestros momentos. Pierdo tu olor a pepino y aloe que te hizo sonrojar cuando lo percibí. Pierdo la suavidad de tus cabellos escasos, que mis manos acariciaban haciéndote dormir. Pierdo tu esencia, pierdo tu tacto delicado y sin vergüenza. Lo pierdo, si, te pierdo.

Hoy me percate que no reviso el correo con la misma frecuencia que en días anteriores, y me asusto que mañana olvide explorarlo para confirmar que no me has escrito. Que ni vestigios de tus parcas palabras se asoman a mi bandeja.

Aun espero con la paranoia de perder tus recuerdos…
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En la sala de espera
6:56 | Author: Urbano
La aprensión en el corazón es insoportable. Le pido a Dios una y otro vez que me embargue con la promesa de su paz. A veces siento que me falta el aire. Un gran hueco lo adsorbe sin piedad hacia un abismo, dejando mis pulmones aunque cansados, sin trabajo.

Estar en la antesala de un final es lo peor que puede un ser humano vivir. La incertidumbre de lo inevitable golpea como olas en las rocas. Rocas cansadas de azotes y roídas por el salitre de lo cruel.

Ah! El silencio. Ese silencio que tortura. Insoportable e inclemente. Sediento de tranquilidad que le devora sin contemplación. Todo te hace temblar. Una rama movida por el viento, una puerta que se cierra, un teléfono que suena. Todo hace que creas que llego la hora. Nuevamente el silencio, insoportables instantes que arrebatan la razón.

Los días pasan tratando de buscar soluciones, salidas, respuestas. Pero ninguna parece convencerte. La desesperación te sorprende como ladrón en la noche. En la noche oscura y triste que parece que solo tu existes. Y en los días, el sol sigue brillando con su arrogante poder sin inmutarse de tu situación. Brilla y hace los días hermosos mientras tu corazón esta gris, marchito, sin rocío en su superficie anunciando una mañana de primavera. No se anuncia paz, no se anuncia calma. Todo sigue igual, todo sigue en incertidumbre a la espera de un final, que muy bien sabes que dolerá.

Dolerá y hará que tus lágrimas, si aun te quedan, brote a borbotones de tu ojos. Esos ojos que vieron aquellos días de gloria, de felicidad, de paz. Esos días que fuiste feliz y nunca pensaste en esta desolación. Sabias que llegaría el momento, pero no pensaste fuera a ser real.
Cuando la ultima hoja ya insípida y pasmada se deslice por el aire, rasgando con cariño el espacio que la separa del suelo, llegue muerta hasta las raíces que se hunden en la tierra, de un árbol que prometió no estar para siempre en este mundo.

Todo tiene un fin en la vida, todo tiene que acabar dicen los idealistas y pesimistas. Todos lo dicen: Los sufrimientos terminan algún día, así sea con la muerte. La felicidad termina algún día así sea con el sufrimiento. Todos estamos condenados o bendecidos con el fin.

Finales que te sorprenden, finales que los esperas con ansias, finales que los esperas con tristezas, finales que los esperas con resignación, finales que están ahí y no los ves, finales que luchas para que no se consumen, pero irremediablemente te golpean. Te golpean el corazón, te golpean la razón o simplemente te golpean tu orgullo. Otros te alivian, te llevan a otras etapas con sus propios finales, la mayoría de las veces inciertos.

Estas ahí, postrada en una cama, desvariando entre realidades e irrealidades. Recordando hechos que no recordabas hacia décadas. Relatas como tus amigas te acusaban de robarte las limosnas de la pequeña capilla de tu pueblo. Recordar que tu esposo, padres de tus hijos y abuelo de tus nietos, lo viste por primera vez en un gran caballo blanco en uniforme y que el, entre todas las campesinas chismosas, te eligió a ti. ¡Si! Me eligió a mí, decías. Con tus manos manchadas de limosnas que nunca tomaste.

Ahora estas en aquel final con tus ojos en blanco, y uno de ellos sin poderlo abrir, no de tristeza ni dolor. ¿Por qué…? ¿Por que no los abres y contemplas como las ultimas hojas llegan al suelo? ¿Será por que a los que tienen pocas hojas que cuelgan de sus ramas cansadas de vivir no se le permite ver sus últimos momentos?

Ah! Que sensación mas amarga es ver deshojarse un árbol poco a poco sin remedio. Ah! Que dolor es ver como tus propias hojas comienzan a desprenderse sin permiso y sin reparo de tus ramas llenas de vivencias. ¿Qué pasara contigo cuando esas hojas que veo con desagrado amenazando con caer se lleven con ellas tu último aliento?. ¿Tu alma se paseara como lo hacen aquellas, atrevida, antes de caer al suelo? Prométeme que lo harás. Prométeme que aunque ni tú ni yo sabemos que pasara, volaras con gloria hacia la paz. Esa paz que es tan difícil de conseguir aquí con el árbol frondoso, verde y brillante.
Sin titulo...
17:40 | Author: Urbano
Le vio a la distancia sin que ella se percatara. Trancurria todo a camara lenta. La vio tan bella, sus movimientos al hablar y su pelo que rosaban con carino sus hombros. Una sonrisa se dibujo en su rostro.

Se acerco...

Lo miro directo a los ojos para luego desviar la mirada. Siguió hablando con su amiga con la misma belleza con la que el la había visto desde lejos, su pelo siguió siendo cariñoso. Él paso como un celaje triste por el frente de su mesa. No se detuvo hasta llega a la puerta del lugar. Miro dentro de su corazón y este le susurro: no es la primera vez, no morirás.
Una línea de sangre, aun caliente, corría por su hombro. Su cuerpo yacía sin vida en aquella habitación de paredes silentes. Frente al cuerpo inerte una sonrisa se dibujaba.

Cuatro paredes inescrupulosas albergaba una serie de muebles orientado a lo sexual: una cama redonda, un sofá con cojines adherido para evitar que sus visitantes se marcharan con ellos. Una mesa empotrada al suelo, lo bastantemente resistente para soportar dos cuerpos con movimientos bruscos, un televisor gigantesco que presentaba orgullosamente películas pornográficas y un juego de luces estilo cabaret. Este era el escenario favorito, su lugar perfecto para cumplir sus más oscuras fantasías. Era en ese lugar donde sus más bajos instintos reborbotaban como la sangre que destilaba de los cuellos de sus víctima.

El, un asesino común y corriente. Elige a su presa con cuidado, las estudia meticulosamente para luego interactuar en clandestino, con la excusa de que es casado y debe cuidar su apariencia. Y ahí estaba el, en su último golpe. Pensaba que había saciado su más profunda necesidad, aquella de ver como la sangre de una mujer brotaba de su cuello hasta cubrir todo su torso, verla desangrase y sentir el calor de ese liquido rojo que todo lo teñía. Era su delirio. Siempre tuvo el cuidado de no ensuciar las sabanas de los moteles, para no dejar rastros y se deshacía de los cuerpos de la forma más adecuada. Los noticieros de ese país tercermundista, cada tres o cuatro meses anunciaban siempre la desaparición de una chica de entre veintiséis a veintinueve años. Las descripciones eran parecidas pero nunca eran asociadas, dándole siempre la tranquilidad de seguir satisfaciendo sus instintos oscuros sin el mayor miedo y mucho menos pensar en la alternativa de abandonar ese país tan estúpido a nivel de investigaciones criminales.

Mientras acomodaba con sumo cuidado el cuerpo de su víctima en el maletero del coche, pensaba que tenía hambre y no sabía que cenaría, pensó en detenerse a comprar algo, pero siempre le gustaba preparar su propia comida. Entro por última vez a la habitación para verificar que no existían rastros de lo ocurrido y recordando cada movimiento para no olvidar limpiar alguna huella. En realidad era bastante cuidadoso, casi rallando en la paranoia.

Manejo perfectamente hasta el lugar donde se deshacía de los cuerpos, sin apuros, con calma, como si nadie le observara, y así era. Ya en casa, encendió el televisor, coloco su programa favorito, las noticias. Encendió su ordenador para revisar sus mail y ahí estaba lo que esperaba, era un aviso. Había esperado por mucho tiempo que el nombre de aquella joven apareciera en su bandeja de entrada. Espero a cenar para leerlo, en realidad no sabía lo que diría aquel mensaje, pero tenía la suficiente paciencia para no dejar que el jugo gástrico maltratara su estomago. El mensaje era directo algo que le cautivaba, era todo lo que necesitaba leer para empezar a trabajar nuevamente, ya que esa noche había culminado su último pasatiempo.








Bueno, no te vi entrar al chat como acordamos, a la hora del te... pues me bebí el te sola! (Jejejejejeje!!!) No te preocupes, se que siempre estamos muy ocupados.

Oye algo, tengo entendido que después de casi 3 meses de conocernos veo ridículo que de mi parte (que no tengo ningún tipo de compromisos así como los tuyos) te restrinja que puedas llamarme. Aunque tú, por tú tranquilidad, no lo permitas, no importa, puedes llamarme cuando quieras. En realidad se que eres juicioso con eso de las llamadas, sé que puedo confiar de que no eres un frenético sicópata (jajajajajajaja!!), que mas por eso no me gusta dar luz verde a las personas para que puedan llamarme. En conclusión eres libre de llamarme cuando quieras.

Entiendo que he sido algo ruda contigo en algunas cosas y en verdad si nos estamos divirtiendo no sé por qué poner, yo por mi parte, tantas ataduras. Tu das lo que puedes y yo también y todos contentos.

En verdad sabes que no te exijo nada y nunca lo haría, así que tú tranquilo. Si quiero valorarte no me jodas y déjame hacerlo, ok!? Claro dentro de los parámetros, no es que quiero lavar tu ropa y cocinarte! tampoco es así! solo como se valora una persona normal. Como lo he hecho hasta ahora, (cosa que te has encontrado un fenómeno).

Y el tema de involucrarse es una parte que he tratado de manejar, como por ejemplo: no contando mucha cosas de mi vida, hablando temas generalizados y cosas así, pero tu no has puesto ningún esfuerzo de tu parte para que yo no esté pendiente de tus cosas, ósea me das todos tus detalles (hasta cuando vas al baño), los cuales no me molestan en lo absoluto, hasta creo que me gustan (jejejejejejeje!), solo que es una puerta abierta para involucrarnos. Esta parte también la dejo a tu criterio. No me molesta y me siento cómoda hablando contigo. Solo esta, que yo también tendré la libertad de contarte todo lo que quiera (si es que tengo oportunidad jejejejejeje!). Con orientación y asesoría incluida, en caso de yo necesitarle, porque tú eres como mas juicioso que yo, en algunos aspectos (jajajajajajaj!)

Las limitaciones por tu seguridad/tranquilidad siguen en pie, no te asustes, como te reitero, yo la estoy pasando bien como estamos, si quieres variar algo, lo harás porque te nazca hacerlo y porque tú entiendas puede ser algo mejor.

No te negare que te he tomado cariño, eres muy agradable y como que estamos en la misma sintonía, no pensé encontrarme a alguien inteligente y sobre todo lindo con quien tener buen sexo y agradables conversaciones, y que sobretodo entienda mi ritmo de vida y me aguante el genio (que dicho sea de paso intentare mejorar).

La vida es muy corta para estar con tanto protocolos para pasar tiempo de calidad con alguien, eso es lo nuestro, tiempo de calidad, pues disfrutemos mientras dure. Siempre con respeto, honestidad y comprensión.

No sé si en realidad sean buenas noticias este mail. Lo que lees es lo que soy.

Caninos,


Anita







No puedo atenderte ahora Liz! Pero te prometo que te llamare esta noche. – Le dijo cuando salía de la oficina. Corriendo se dirigía a su carro para manejar a la universidad donde impartiría clases. Condujo de la manera más tosca, bajo la ventanilla y prendió un cigarrillo. Dos semáforos seguidos se sintieron violados cuando pasó a toda velocidad, con la sencilla excusa de que están de más en esas calles muertas. Sube las escaleras, ya que no tiene tiempo de esperar el ascensor. Y finalmente llega al aula quince minutos tarde. Sale cansada y manejando a su casa decide llamar a su amiga.

- ¡Hola Liz! Ya podemos hablar.

- Anita me tenias preocupada, no hemos hablado desde la última vez que te viste con el Gordito.

- Amiga fue espectacular, de verdad, sé que no me gustan los gorditos, pero este tiene algo que no se explicarte. No sé si es su educación seductora o su ojos pequeños, o de la forma como me toca, pero no pienso dejarlo por tu paranoia.

- Tienes que entenderme Anita, no tienes su apellido, ni tan siquiera sabes dónde vive y para colmo no tienes ni su número telefónico.

- Tienes que entenderlo, es casado y ha tenido muy malas experiencias.

- Pero no tienes porque estar con un hombre casado. Por Dios! Solo tienes veintiocho años, inteligente, profesional, puedes tener el hombre que quieras!

- ¡Es que no me entiendes! Es justo lo que necesito, no tengo tiempo para atender una relación de tiempo completo, este Gordito me brinda justo lo que necesito, una relación de poco mantenimiento, nos vemos una vez por semana y la pasamos muy bien. El no demanda mucho tiempo y yo a él tampoco. Así que estamos bien. No necesito a nadie ahora que me haga quince llamadas al día y tenga yo que contestarlas todas!

- ¿Y si te enamoras? ¿Qué harás?

- Ya sabré… Me ha pasado otras veces con hombres que me han tratado muy mal, mientras que el me trata bien cuando estamos juntos todo irá bien. Luego el tiempo dirá…

- Prométeme que por lo menos anotaras la placa de su auto cuanto lo vuelvas a ver.

- Está bien, mañana es viernes y no asistiré a un coctel de lanzamiento para reunirme con él. Cuando me pase a buscar tendré pendiente anotar la placa de su vehículo y te la enviare al celular.

Llega al fin a su casa para trabajar en algunos pendientes externos a su trabajo habitual. Tiene las discusiones de todos los días con su madre y casi a media noche espera que el Gordito entre a su sistema de chat.






La noche al fin había caído y él se dirige a su casa como de costumbre después de un día normal de trabajo. Parquea el auto de frente a la salida para no salir de reversas en la mañana, entiende que es más peligroso andar de reversas cuando estas empezando el día y tus habilidades motoras aun no están al ciento por ciento.

Calcula que el próximo encuentro con Anita es el último, había preparado todo con antelación, afilo la navaja con la cual rebanaría su cuello, al pensarlo aquella sonrisa afloro en su rostro. Había comprado con dinero en efectivo y en una tienda distinta, como de costumbre, la bolsa para trajes de tintorería y ya el escándalo en la prensa del asesinato de la chica anterior había pasado.

Nunca se había sentido tan cómodo con una víctima. No tuvo inconvenientes para mantener su identidad a salvo, en completa privacidad, y Anita aunque con un poco de esfuerzo, por el poco tiempo, siempre estaba dispuesta a verse con él una vez por semana. Pero había algo que le estaba molestando, como una piedra en el zapato.

Recordó la última vez que se vio con ella. Pensó que nunca había tenido una víctima tan linda y a la vez inteligente, capaz de sostener una conversación por más de diez minutos. Noto que antes de entrar en intimidad ya habían desglosados varios temas de actualidad y se percato que ella también veía con regularidad las noticas en CNN. Sabía pocas cosas de ella, y era porque cuidaba su privacidad al igual que él y eso había retrasado un poco sus planes y se sorprendió contento por eso. Esperaba con ansias el viernes, aunque nunca se lo confesó a Anita y mucho menos a él mismo.
Se había dicho a si mismo que este viernes era el fin, sus ganas de satisfacer su deseo de ver la sangre aun caliente por los bellos pechos de Anita eran más fuertes que su estúpida humanidad. Así que se decidió y encendió su ordenador para hablar con ella. El sabía que ella le esperaba.




Anita: Hola! ¿Como estas?
Andrés: Bien, un poco cansado. Estuve hasta tarde en la oficina.
Anita: Que mal! Yo también he trabajado hasta ahora.
Andrés: Si mal no recuerdo, casi estas de cumpleaños…
Anita: Así es…
Andrés: ¿Cómo te sientes? Yo por lo regular me deprimo.
Anita: Yo al contrario!! Siempre la paso muy feliz! Muchas personas hacen cosas muy lindas y eso ayuda a superar esas crisis de la edad.
Andrés: Ese día no estaré conectado, para que atiendas tus festejos.
Anita: No seas ridículo!
Andrés: Ok, entrare entonces.
Anita: Pienso celebrarlo, invitare a todos mis amigos esa mismo día.
Andrés: Que bien!! Bueno estimo que nos veremos la semana próxima y que estarás de fiestas todo el fin de semana.
Anita: No, no seas tan pesimista, jajajajajja!! Yo voy a cumplir con todos el mismo jueves de mi cumpleaños y perfectamente podemos vernos el viernes.
Andrés: EXCELENTE!!!
Anita: Debiéramos planear algo diferente, que crees?
Andrés: Precisamente, es parte de tu regalo.
Anita: jajajajjaja!! No te puedo creer. ¿Y qué tienes pensado?
Andrés: Velas? Sirope? Jacuzzi?
Anita: No suena mal! Podría ser.
Andrés: En serio? Creí que estaba haciendo la broma del siglo!! Jajajajajajajjaja!!! En realidad no soy bueno en esas cosas.
Anita: que malo eres!! Aquí estoy sonrojada de la vergüenza!!
Andrés: No te avergüences. Estoy seguro que la próxima vez que nos veamos será especial.
Anita: Si tu lo dices…
Anita: ¿Recibiste mi mail?
Andrés: Si, aquí lo tengo, voy a concentrarme para responderte.
Anita: Y… ¿qué te pareció?
Andrés: Muy agradable, te responderé y todo será positivo, ya verás.
Anita: En realidad no esperaba respuesta, pero si quieres contestar… ok…
Andrés: El viernes a la misma hora?
Anita: Si! 9:00 pm.
Andrés: Perfecto, pues ahí estaré, trata de estar lista, no quiero estar mucho tiempo detenido delante de tu casa.
Anita: Pero eres tú que siempre llegas tarde.
Andrés: Bueno, hablamos mañana estoy durmiéndome frente a este aparato.
Anita: Adiós, que descanses.
Andrés ha finalizado sesión….
Danza de tu nicotina
16:16 | Author: Urbano
En el humo de tus cigarrillos se dibujan frases que solo yo puede leer. Hablan de tus sentimientos, de lo que ocultan tus palabras, tus movimientos, tus besos.

Mientras la nicotina pasea por tus pulmones se acerca a tu corazón. Dialogan. Es así que delante tus ojos pequeños y temerosos puedo leer lo que dice ese humo blanco que flota con elegancia en esas cuatro paredes, sin testigos, y silentes.

Por eso, que nace del tiempo que no existe, que no poseemos, el poco que nos quedas, hace que estallemos en aquel lugar de paredes discretas. Ese calor que nos embarga, con su danza grácil, nos mantiene unidos en una tranquilidad que sobrepasa tus temores y te hacen sonreír.
Despertando bajos instintos
14:27 | Author: Urbano
Despertar tus bajos instintos me ha costado la tranquilidad. Pensaba que el de carácter férreo era yo haciendo todo mas difícil y es todo lo contrario. Sentir que eres capaz de hacer daño a un tercero ¿qué garantiza que no le hagas daño al segundo? Siento pavor solo pensar de lo que eres capaz por tu bien propio. La hipocresía es tu escudo y tú arma más letal. Entre un carácter fuerte y la hipocresía existe un gran abismo. El tuyo.

¿A quien le escribo? ¿A ti? No los se, pero si se que estas líneas servirán de desahogo para mi lama, que sangra entristecida por tu forma de pensar. ¿Soy un lobo herido? Tal vez. Pero por más presas que cazé en un frío invierno no seria capaz de devorar un miembro de mi manada, aúllo a la luna por tus instintos. Por los más bajos instintitos de tu corazón. Debo decir que no de tu corazón, sino de tu conciencia, el corazón de un ser humano no es capaz de albergar sentimientos tan oscuros.

Como puedes sentirte valorado si nunca has probado ese regalo de los dioses, que como una bendición hace que otra alma te piense y brille por ti. Como puedes sentir el calor de un cuerpo que se entrega. Los dioses debieran negar el sagrado privilegio de sentí ese calor que emana de lo mas profundo de un ser que se entrega, a los que buscan lo carnal y en esos pocos minutos de tu existencia juegas a amar ese calor que anega tu fuero.

Tres almas brillan por ti, sin contar la mía y tu solo piensas en como elegir una y en tres meses apagar su brillo para hipócritamente mantener el mío alumbrando tus oscuros instintos. Tres almas que asoman sus virtudes al abismo de tu corazón, que busca desesperadamente llenarse con inocentes.

Aquel abismo donde retozan tus instintos en la oscuridad, en las tinieblas más tenebrosas y malignas. En donde las almas sobreviven por tu sonrisa aterciopelada y tos manos de demonio disfrazado de ángel, que acarician los cuerpos para sentir el calor que se te debe ser negado.

¿Quien soy yo para decirte esto? te preguntaras. Soy el que presta atención a cosas inexistente para ti, a los sentimientos profundos, a los detalles, al calor, a la luz, al amor que en tu abismo no existe.
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La tía Isabel
18:44 | Author: Urbano
A mi novia se la ha cogido con que tengo que preformarme una oreja. En la cama, yo sobre ella, tomó mis lóbulos y sonrío. – Estoy impaciente por verte con tu pequeño arete.- Solo le devolví la sonrisa y la bese en los labios, tratando de borrar la imagen de mi tía Isabel.

Mi hermana siempre me dijo que tenía un parecido con algunas tías en especial a la hermana mayo de mi padre, Isabel. Era un integrante de la familia que aun conservaba el sentido del humor, don que perdió mi papa cuando la paranoia se apodero de su tranquilidad y el miedo a la muerte se convirtió en su amigo fiel.

Un buen día a mi hermana menor se le ocurrió que teníamos que vestirnos de fiesta, en unas de esas tardes aburrida donde nuestra nana dormía hasta que el sol se ocultaba. Yo era el varoncito de los tres hijos de mi madre y en realidad no tenía más opción que jugar los juegos de mis hermanas. Entramos sin permiso al closet de mi madre como si entráramos a una tienda de vestidos, nos cambiamos, aumentamos nuestras alturas y nos maquillamos. Estábamos espectaculares, yo hacia reír a mi hermanas con geniales ocurrencia con mis atuendos.

Mi hermana paro el juego para decirme que nos faltaba algo. Fue al tocador de mi madre y trajo dos pares de pendientes a presión, se puso un para y se acerco a mi para colocarme los míos, sentí un pequeño dolor, pero paso de inmediato.

De espalada al espejo con mi hermana de frente, la vi quedarse inmóvil como si hubiera visto un fantasma. Las cosas habían cambiado de color, ella después de salir de su pasmo estallo en risas o mejor dicho en carcajadas. Gire sobre mis talones hacia el espejo y estaba, era ella, era la tía Isabel.
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Cuanto estas dispuesto a pagar…
8:20 | Author: Urbano
Ahora que he pasado toda una noche esperando, con la firme esperanza de que mi Blackberry anunciara imprudentemente que iniciaste sesión, es ahora donde tengo la firme convicción de que todo en esta vida tiene un precio.

Nos conocimos de la forma más descabellada, por eso la omito. Estando por primera vez en la cama sentí que nos desnudábamos sin reservas y no me refiero a nuestros atuendos, sino a nuestros pensamientos. Hablamos de temas inteligentes y nos internamos en asuntos genéricos sin soltar, ninguno de los dos, lo más preciado: nuestra privacidad, nuestras vidas reales. Te conformaste con mi primer nombre y yo con el tuyo. Me dijiste que atenías un cargo importante en un banco y que pasabas más tiempo en un avión que en tu propia cama. Yo te comentè que era tambien una persona ocupada, con un puesto gerencial en una empresa importante de energía y catedrático universitario. Los dos teníamos algo en común: juventud y poco tiempo. Que dilema tan extraño. Los dos con escasos veintiocho años, exitosos en nuestras carreras y desafortunados en el amor. Y nos encontramos en un punto donde el tiempo es escaso y fugaz.

Ahora heme aquí, sin extrañarte pero con ganas de verte. No romance, no cariño, cero amor, ese era el trato. Que nuestra explosión de placer no desencadenara un sinnúmero de llamadas al día siguiente. Conformidad con el silencio, como un silicio en espera de nuestro próximo encuentro.

Sè que las ocupaciones no dejaron que me contactaras para excusarte por no asistir a nuestro esperada reunión, cuando lo hagas querrás disculparte. Pues no lo hagas. Todo tiene un precio. ¿Hasta donde estamos dispuesto a pagar por algo que nos gusta, por tal vez un simple capricho? Tú no quieres un compromiso, yo tampoco lo quiero, pero sin embargo nos pesa no vernos. Pagamos felices el precio de la distancia sin razón. Tú sigues tu vida, yo la mía con la mayor normalidad y las mismas sólo convergen y se vuelven una en un cuarto de hotel. Todas las leyes geométricas dicen que dos líneas paralelas nunca llegan a tocarse, pero en nuestro caso va mas allá de un toque, es una conexión donde entregamos todo en ese momento. Como si dos dimensiones de mundos distintos se conectaran con cada juego imperceptible de los astros.
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Por Haití
16:18 | Author: Urbano
Y bajo el sol todos lloraban y al caer la noche la oscuridad no dejo que sus lagrimas brillaran. Solo quedo el silencio de almas agotada y cuerpos cansados de sufrir.
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