Trampas Suspendidas
9:25 | Author: Urbano
-Sabes… Hay veces que pienso que estaré sola y nadie se interesara por mí. – le comento con su mirada perdida en aquel camino franqueado por altos pinos y brisa fresca.

Aquellos pinos imperiales se estiraban al cielo tan altos que no podían ver sus copas. A su lado, pensativo, caminaba alguien que simplemente fue encomendado a sus cuidados.

-No diga eso señorita, tiene tan solo dieciocho años, aun le falta mucho por recorrer. – le dijo mientras sentía el deseo de tomarle la mano.
-Eso no lo puedo entender, creo que soy la única chica que a sus dieciocho años no la han besado. – le dijo bajando su mirada.
-Créame señorita, que existen personas con mas edad y no han sido besadas.
-Si! Pero no quiero esperar más, siento como mi vida se me escapa como arena en mis dedos.
-Estoy seguro que cuando se recupere podrá tener al chico que desee.

El era un joven medico muy apuesto, alto, de ojos claros y pelo alborotado y con poco tiempo para dedicarlo al amor. Empezaba a inquietarse por aquella conversación.

-Me gustaría proponerte algo doctor. – dijo la jovencita deteniendo sus paso. El no quería escuchar aquella proposición, porque no sabía como decirle no a una jovencita que parecía una princesa vestida de blanco. No respondió

En verdad no quería herirla, sabía que debía respetar su ética como profesional, además no quería que el estado de aquella princesa empeorara a causa de una depresión.

-Doctor… ¿le gustaría darme mi primer beso?

El blanco de su uniforme acentuó más su cara al sonrojarse y se quedo mirándola por unos segundos. En medio de aquel sendero estaban dos extraños jugando con un de las experiencias mas bonita de la adolescencia. La brisa de aquel agosto acariciaba con cariño el pelo de aquella princesa que pedía agritos un beso.

El se acerco con suavidad, tan cerca que ella sentía su calor, su olor, sus latidos. Inclino su rostro al de ella. Al Sentir su aliento calido la princesa se preocupo de que notara sus nervios y su pulso acelerado.

-En verdad te aseguro que querrás sentir que en un momento como este tu corazón lata más rápido que ahora, que el pelo de todo tu cuerpo se erice y que ese beso lo sientas en todo tu ser.

El doctor se incorporó lentamente mientras ella abría sus ojos y mirándola con ternura le dijo.

-No le hagas trampa a tu primer beso.

La paciente le brindo una sonrisa casi infantil de agradecimiento y retorno nuevamente el paseo en silencio.
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