A veces las cosas giran y no sabemos por que, y sufrimos. Aparece aquel frío que no congela y aquel calor que no quema, desaparecen las ganas de mirar, las ganas de pensar, las ganas de hablar y aquel deseo de aislarnos a donde estos sentimientos no consuman nuestros pensamientos.

Hola! Se que el orgullo y el coraje se adueñaron de nosotros, pero a veces las cosas giran y cambian, solo nosotros tomamos la decisión de colocarlas donde estaban o situarla en un lugar mejor.

En vedad me encanto verte y se que a ti también. Ahí estabas, al pie de las escaleras con la mirada perdida, esperando que yo apareciera pisando cada escalón que me condujera hacia ti. Para que? Para entregarte algo que en realidad no querías? En realidad que esperabas? Esperabas que te dijera que te extraño? que quiero estar contigo? Por que no me diste la oportunidad de hacerlo?

Ahí estabas, controlando tus impulsos, con tu belleza que me hace flotar. Al salir de mi oficina ya sabia que estabas ahí, tu perfume inmediatamente embriago mis sentidos, dude en bajar, no sabia si estaba listo para verte de nuevo, pero ahí estabas. Tus ojos ayudándome a bajar las escaleras, escalón por escalón. Un saludo frío, una petición sin sentido, unas miradas donde nos escudriñamos el alma y nada mas. Nos alejamos, no se si volteaste la mirada, yo no lo hice.

Ahora te vas, si hubiéramos estado juntos yo estaría aquí esperandote, con la mirada fija al horizonte, como los habitantes de los desiertos cuando sus guerreros van a pelear por sus tierras, esperando algún día ver como te acercas desde la distancia.

Quise verte para despedirme y llegaste, no quisiste saludarme pero si quisiste que fuera a verte y ahí estabas, tratando de disimular que no me veías, yo controle mis nervios, tu no pudiste, pero ahí estábamos, pero le gano a nuestros labios el silencio, tu no dijiste nada y yo te imite. Ahora te fuiste y lo nuestro cada día se desvanece poco a poco.
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