El Don más Peculiar (Primera Parte)
7:35 | Author: Urbano
A veces les digo a las personas, "nunca menosprecien sus vidas porque existen otras personas que desearían tener la vida que tienes".

- Hola! Me llamo Filo, me encanto que nuestras vidas se cruzaran.

- Mi nombre es Ofelia. Gracias! A mi también, pero lamento que no nos hubiéramos cruzado como yo quería!!


Ofelia al terminar la frase estalla en una carcajada que retumba todo el palacio, Filo sin notarlo se sonroja.

Ofelia era una mujer de escasos veintisiete años, ya tiene una niña de doce y es cortesana. Existen miles de nombres para la profesión más antigua del mundo pero para esta historia elegí llamarla, Ofelia la Cortesana.

Es una mujer extremadamente alegre, jocosa, con un talento especial para hacer reír a las personas con sus ocurrencias relacionadas al sexo. A pesar de sus ocurrencias y locuras Filo se percato de su sensibilidad y gran corazón.

Un buen día decide invitar a Filo a comer, vive sola, al otro extremo de la ciudad. El Rey con más miedo que agrado decide ir al encuentro. Ofelia había hecho todo un itinerario, primero irían de compras al mercado de la clase vulgar de la ciudad, luego cocinaria un rico desayuno, para después ir juntos al templo.

Suena extraño que en el itinerario del día organizado por Ofelia incluyera una visita al templo, pero mas adelante Filo notaría que la Cortesana era una persona de fe a pesar de su trabajo y su forma de ser. Esto era otro ejemplo de que el Dios de su reino era un Dios para todos y Filo pensó: -si nuestro dios acoge a una cortesana, quien soy yo para no acogerla también.-

Filo despertó temprano, el palacio completo aun dormía y se dirigió al encuentro con la cortesana. Ella le dio indicaciones exactas para que llegara a su villa. El Rey dejo su corcel en la parte de tras de la villa para evitar que los guardias lo molestara, pensó que la cortesana ya tenia un plan para seducirlo ya que se le habia insinuado en incontables veces. Al tocar la puerta contesto al llamado una mujer que Filo no conocía, no era la misma que hacia reír a todo el palacio, era una persona totalmente diferente. La cortesana era una campesina como todas las demás, no tenía un vestido con un gran escote, ni joyas y un gran peinado, solo , el pelo recogido, unas sandalias ajadas, la cara lavada y algo maltratada por las malas noches.

A primera vista Filo no la reconocía y ella lo noto. Ofelia al ver el semblante del Rey no tardo en decirle: - Que le pasa su majestad? nunca ha visto la realidad de una cortesana, esto soy yo, una mujer maltratada por su trabajo y los años- ella lo dijo con lágrimas en los ojos, ya que una ves mas comprobaba que los hombres, en este caso el Rey, la buscaba por su aparente belleza. El Rey Filo se arrodillo a los pies de la Cortesana y le dijo con la cabeza baja:

- No vengo a su casa como hombre en busca de una cortesana, vengo como amigo que visita a una amiga. Dulce doncella de las Lágrimas! le ofrezco mi amistad.

A lo que ella respondió sonrojada y empujando al rey aun arrodillado:

- AAAAH!!! Deja tus alcahuetadas y entra, que el desayuno esta en la mesa.

El Rey camina entre la multitud del mercado y nadie se percata que es el mismo Rey Filo camina en el mercado con Ofelia la Cortesana, así pasan el resto de la mañana, fueron al templo, cumplieron con los ritos y al medio día Ofelia prepara un rico almuerzo típico de su región.

Después del almuerzo el Rey decide quedarse toda la tarde y seguir conociendo mas de la vida de la cortesana y sin darse cuenta los dos se embarcaban en temas profundo de sus vidas, el Rey Filo le platico sobre la perdida de su reino Jolisea, le dijo que esta siendo muy duro empezar nuevamente en esas nuevas tierras, que extraña mucho su bella ciudad, pero que ahora son solo escombros, le confeso que todavía la visitaba, que escondido de sus consejeros y ministros había vuelto varias veces para ver si existía algún sobreviviente, pero sus búsquedas eran en vano.

Cuando Filo termino su historia, la cortesana lo miro fijamente y le dijo que independientemente de que el fuese el rey, ella lo consideraba su amigo, manifestándole que le inspiraba una inmensa confianza y que ella estaba lista para contarle su historia como nadie la había oído. Ofelia hizo pasar al rey a su habitación, le quito sus botas con mucha delicadeza, puso sus pies en agua caliente y cuando el rey estuvo lo suficientemente cómodo y relajado, la cortesana seco sus ojos húmedos, respiro profundo y comenzó a relatar su historia, una de las tantas historias Urbanas que existían en el nuevo reino de Filo.


Continuará....
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