Despertando bajos instintos
14:27 | Author: Urbano
Despertar tus bajos instintos me ha costado la tranquilidad. Pensaba que el de carácter férreo era yo haciendo todo mas difícil y es todo lo contrario. Sentir que eres capaz de hacer daño a un tercero ¿qué garantiza que no le hagas daño al segundo? Siento pavor solo pensar de lo que eres capaz por tu bien propio. La hipocresía es tu escudo y tú arma más letal. Entre un carácter fuerte y la hipocresía existe un gran abismo. El tuyo.

¿A quien le escribo? ¿A ti? No los se, pero si se que estas líneas servirán de desahogo para mi lama, que sangra entristecida por tu forma de pensar. ¿Soy un lobo herido? Tal vez. Pero por más presas que cazé en un frío invierno no seria capaz de devorar un miembro de mi manada, aúllo a la luna por tus instintos. Por los más bajos instintitos de tu corazón. Debo decir que no de tu corazón, sino de tu conciencia, el corazón de un ser humano no es capaz de albergar sentimientos tan oscuros.

Como puedes sentirte valorado si nunca has probado ese regalo de los dioses, que como una bendición hace que otra alma te piense y brille por ti. Como puedes sentir el calor de un cuerpo que se entrega. Los dioses debieran negar el sagrado privilegio de sentí ese calor que emana de lo mas profundo de un ser que se entrega, a los que buscan lo carnal y en esos pocos minutos de tu existencia juegas a amar ese calor que anega tu fuero.

Tres almas brillan por ti, sin contar la mía y tu solo piensas en como elegir una y en tres meses apagar su brillo para hipócritamente mantener el mío alumbrando tus oscuros instintos. Tres almas que asoman sus virtudes al abismo de tu corazón, que busca desesperadamente llenarse con inocentes.

Aquel abismo donde retozan tus instintos en la oscuridad, en las tinieblas más tenebrosas y malignas. En donde las almas sobreviven por tu sonrisa aterciopelada y tos manos de demonio disfrazado de ángel, que acarician los cuerpos para sentir el calor que se te debe ser negado.

¿Quien soy yo para decirte esto? te preguntaras. Soy el que presta atención a cosas inexistente para ti, a los sentimientos profundos, a los detalles, al calor, a la luz, al amor que en tu abismo no existe.
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