La tía Isabel
18:44 | Author: Urbano
A mi novia se la ha cogido con que tengo que preformarme una oreja. En la cama, yo sobre ella, tomó mis lóbulos y sonrío. – Estoy impaciente por verte con tu pequeño arete.- Solo le devolví la sonrisa y la bese en los labios, tratando de borrar la imagen de mi tía Isabel.

Mi hermana siempre me dijo que tenía un parecido con algunas tías en especial a la hermana mayo de mi padre, Isabel. Era un integrante de la familia que aun conservaba el sentido del humor, don que perdió mi papa cuando la paranoia se apodero de su tranquilidad y el miedo a la muerte se convirtió en su amigo fiel.

Un buen día a mi hermana menor se le ocurrió que teníamos que vestirnos de fiesta, en unas de esas tardes aburrida donde nuestra nana dormía hasta que el sol se ocultaba. Yo era el varoncito de los tres hijos de mi madre y en realidad no tenía más opción que jugar los juegos de mis hermanas. Entramos sin permiso al closet de mi madre como si entráramos a una tienda de vestidos, nos cambiamos, aumentamos nuestras alturas y nos maquillamos. Estábamos espectaculares, yo hacia reír a mi hermanas con geniales ocurrencia con mis atuendos.

Mi hermana paro el juego para decirme que nos faltaba algo. Fue al tocador de mi madre y trajo dos pares de pendientes a presión, se puso un para y se acerco a mi para colocarme los míos, sentí un pequeño dolor, pero paso de inmediato.

De espalada al espejo con mi hermana de frente, la vi quedarse inmóvil como si hubiera visto un fantasma. Las cosas habían cambiado de color, ella después de salir de su pasmo estallo en risas o mejor dicho en carcajadas. Gire sobre mis talones hacia el espejo y estaba, era ella, era la tía Isabel.
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