Historias Urbanas

Nota del Autor: Este cuento se deriva de Amor de Solsticio publicado en enero de 2008, recomiendo leerlo para poder entender algunos elementos que aparecen en este cuento.



La luz blanca de la luna que entraba sin piedad por su ventana la despertó esa noche, como muchas otras veces. Siempre lo hacia cuando quería que Winifer se percatara de algo. Ella se levanta y toma su libro de la sombras e intenta descifrar que quería decirle la luna esa noche. En su libro ella escribía, además de pócimas y conjuros, palabras del corazón y en las grades hojas de papel natural encontró escrito a pluma, los siguientes versos.

Sabes que es lo mejor,
Entiéndeme…
Amor, sabes que es lo mejor,
Esperare que tú lo entiendas…

La vida tiene algo para ti
Lamento no ser yo
Entiéndeme

Te amo…

Winifer volvía a sufrir por el amor que nunca podrá tener. No lloraba por lo que acababa de perder sino por lo que pudo haber sido y no fue. Ella se había recuperado de los episodio de Esnarlin, el gran mago del norte y creyó haber encontrado su felicidad y roto su maldición, que se escabullía por debajo de los velos de sus vestidos.

Esa noche la luna le decía que no podía insistir que tenia que dejarlo partir para no terminaran como con Esnarlin, esa noche ella decidió romper su Dulce Fantasía. El conjuro que había hecho que Esnarlin estuviera tanto tiempo con ella. Lo había revertido y ahora tenia que hacerlo otra ves.

La gran bruja del trópico respetaba con valor las reglas del amor. Su maldición era muy bien pensada, no podía romperla porque estaría violando las leyes de la magia blanca que rezaba que nunca una bruja podía inducir el amor. El conjuro Dulce Fantasía solo hacia que la persona se endulzara pero ella estaba conciente que ese sentimiento era una ilusión, pero lo utilizaba para captar la atención y luego lograr enamorar de forma natural a la persona que ella le gustara.

Aun recuerda como brillaba la luna cuando utilizo Dulce Fantasía para Jolius. El se fijo en ella, viéndola hacer varios conjuros impresionantes. El era un bello aprendiz de mago a escondidas, aunque a veces no disimulaba al hacer algún conjuro grandioso que había aprendido. El vivía en un castillo católico escondido del otro lado del río. Ellos ya se conocían pero no se habían compenetrado. Y esa noche al verse, la maldición se quebranto y dejo que algo entre ellos empezara. Y es en esos días que Winifer espera la luna de cuarto menguante para su hechizo Dulce Fantasía.

Los días empezaron a transcurrir y el amor fue creciendo en el corazón de la hechicera, al igual que en el corazón del joven aprendiz. Ella hacia todo el esfuerzo para que las cosas avanzaran con Jolius, pero al igual que el sol así se fue desvaneciendo el amor de joven en su corazón hasta llegar al ocaso.

Y otra ves esa indiferencia, otra vez el rechazo, otra ves sola estando acompañada. Winifer entendió que su hechizo no le estaba ayudando y que volvía a estar con alguien atado sin darse cuenta por su hechizo, Jolius no la quería pero la dulce fantasía no lo dejaba marcharse.

El corazón de la bruja le decía que debía dejarlo ir, que no podía ser egoísta y ese día decide salir temprano sin hacer los rituales del amanecer y revisar su huerto de hierbas. Se dirige al mercado.

- Hola Sr. Globil!
- Hola Leidy Winifer! Como le puedo servir?
- Por favor, quiero seis velas rosadas, seis veas blancas, un frasco de miel, un frasco de sal y una rama de hojas de….
- Disolución de Dulce Fantasía!! Verdad?
- Si…
- No se preocupe ya se el resto de los ingredientes.
- Gracias…
- Hoy la siento triste, es por la disolución?
- Si, Sr. Globil, otra vez cometí un error.
- Pero mi Leidy, este hechizo no esta prohibido…
- Si lo se, pero es que no termino de entender que nunca lograre mi propósito con el y no puedo utilizar otros ya sabes para que, a ti no te puedo ocultar nada, sabes los hechizo que hago porque me provees mis ingredientes.

El vendedor la mira con ojos de alguien que esta cansado de verla sufrir. Debe romper esa maldición. El la conocía desde que compro su primer tótem y jugaba con controlar el movimiento de las ramas de los árboles y sabia que sobre ella descasaba una maldición.

Winifer era la bruja más sabia, hermosa e inteligente de todo el pueblo, pero aun no había encontrado el amor. Y su soledad la consumía como el fuego a sus velas en su altar.

- Leidy Winifer, sabe que puede confiar en mí. Con gusto le vendería todo lo que necesite para lograr lo que quiere.
- Sabe que no tendría el valor de hacerlo.
- Es su decisión mi bella damisela.
- Gracias! Me tengo que ir, hoy despido a mi Dulce Fantasía, debo de comprar los ingredientes para la cena.

El Sr. Globil la observa al alejarse con su belleza misteriosa y su aura de sabiduría y paz, acompañada de su báculo y su hermoso corcel.


Cae la noche y ella lo espera con ansias, el llega tarde, ella no dice nada, una noche fría, si besos ni poesía. Cada segundo que pasa esta mas decidida a la disolución de su Dulce Fantasía. Ya no lo tolera en su presencia, va a la cocina anota su nombre en un recipiente con agua, lo tapa y lo tira en la basura. Al salir de la cocina Jolius se levanta y se disculpa alegando que tiene que irse lo antes posible. Winifer lo disculpa y se despide en el umbral de su casa con la clara convicción de no volverlo a ver.

Espera que el sol se colocara sobre su cabeza para empezar el ritual de disolución del conjuro, sus lágrimas se deslizaban lentamente cuando alzaba sus herramientas hacia la luz.

“Que lo que fue hecho en la oscuridad de las sombras
Sea disuelto con la brillante luz del sol”


Mientras sentía que los sentimientos que Jolius se desvanecían en su corazón y que la luz quemaba lo poco que el sentía por ella, recordaba que esta ves su romance fue mas largo que un solsticio y sintió que era algo que pudo haber crecido, pero Jolius dejo de quererla, producto de su maldición y era en vano que ella insistiera y tratara de conquistarlos, ya tenia la experiencia de su viaje al norte para visitar a Esnarlin y pensó que las cosas en la vida se repiten, nos hacen daño una y otra vez, solo por la sencilla razón de que aprendamos de ellas y Winifer había sufrido bastante con las mismas situaciones.

Al amanecer ella saca la basura temprano y regresa a la casa. En pocos minutos escucha que alguien llama a la puerta.

- No vuelvas a sacarme de tu casa!
Jolius le entrega el frasco de agua con su nombre. Winifer se queda atónita.
- Que haces aquí?
- Vengo a estar contigo, no importa los encantamientos que hagas para sacarme de tu casa, ni las disoluciones de hechizos que no eran necesarios. Yo estaré aquí y no me iré. Se que a veces no te demuestro lo que siento, pero lo que siento es real. Yo te amo.

Y en ese instante la maldición se desvaneció y sintió como el calor del hombre que amaba se confundía con el suyo, al mismo tiempo que dos gotas de rocío se deslizaban por su rostro.

…Dulce Fantasía…