Historias Urbanas

Noticias, decisiones, traiciones, despedidas, engaños, perdidas y un sin números de calamidades mas nos arrastran hasta el fondo sin piedad, ni pudor; pero hacemos la diferencia cuando tomamos de una forma diferente esas situaciones y las hacemos nuestras. Es en ese punto que nosotros gobernamos sobre ellas haciendo lo que queramos y, pasar de caer a la deriva, ha subir con fuerzas hasta la superficie y reírnos del oscuro fondo que nos esperaba para engullirnos.

Iba ella caminando en un bosque de vegetación de ensueño, donde los frutos brotaban de las plantas con gran brillo y gracia. Los colores fucsia, verde manzana, amarillos, naranjas, azules brillantes, de plantas y flores, le daban al lugar un aire de utopía donde todo podía ser posible. Las enredaderas se envolvían con cariño y sensualidad en ramas y troncos. Ella sólo respiraba felicidad y fantasía.

No se imaginaba que dentro de tanta paz y belleza existía la maldad. Siempre vivió en una caja de cristal donde estaba protegida de todos los males en aquel mundo de fantasía donde todo parecía ser perfecto.

En el majestuoso lugar ella había vivido momentos que danzaban con amor en sus recuerdos. Había probado los mejores frutos, conocido impresionantes criaturas, había hecho grandes amigos y se había enamorado, tal ves su forma de ser alejaba a la maldad que se escondía detrás de aquellos brillantes colores. Ella nunca fue corrompida y no tocaba lo que podría hacerle daño a ella o a alguien más. Pero la maldad es maldad y no se detiene delante de nada y mucho menos a sus opuestos.

Ese día la doncella era observada desde las sombras, donde los colores ya no eran brillantes y los pensamientos eran oscuros. Un ruido le hizo voltear la mirada y todo se tornó tenebroso. Sentía que una presencia se acercaba con gran velocidad. El calor del momento la deja pasmada y no puede reaccionar. Algo quería arrástrala, algo quería dañarla. Intento zafarse pero algo la sujetaba muy fuerte y sin contemplación fue lanzada al piso totalmente inmóvil, el suelo la recibió húmedo, viscoso y mientras era tirada sin cuidado alguno, las ramas secas de los árboles rasgaban su vestido y su delicada piel. Sentía como la superficie que en un tiempo trató con cariño sus pies, la engullía sin piedad.

Miles de pensamientos fugaces comenzaron a pasar como fotografías en su memoria, pensaba en la razón de por que era atacada, que había hecho mal para que el bosque la arrastrara hacia las profundidades de la oscuridad y su conciencia le dio una sola respuesta: la maldad, sentimiento sin sentido que lleva a las criaturas a cometer grandes injusticias, grandes tonterías, grandes errores.

No entendía como las criaturas del bosque ahora la atacaban, sentía como era rasguñada por las que alguna vez fueron unas ramas hermosas con flores. Ya inmóvil y exhausta de tanto luchar escucha voces que le hacían sentir miedo en el alma, un miedo tan fuerte que su instinto de supervivencia fue bloqueado.

De pronto una voz que no la oyó por sus oídos, sino por su alma le dice en forma maligna:

-¿Creíste que llegarías aquí y serias la reina de todas las criaturas que habitan en este bosque? – La joven doncella está aterrorizada, sin saber de donde proviene aquella voz que se inmiscuía y se adueñaba de sus pensamientos.
-¿Quién eres? ¿Por qué me haces daño? ¿Qué son estas criaturas? – ella no sabia donde estaba y que era ese horrendo lugar. Hasta que otra vez la voz desde donde estaba lanzó una carcajada que retumbó en todo el bosque.
-¿No sabes donde estas? Estas en la parte oscura del bosque, de tu alma, te negaste a ella y ahora ella te reclama.
-Se que esta ahí, pero yo decidí no darle mis energías. – en este instante ella entendió que tenia pleno poder de donde estaba, ella era dueña de su parte oscura y podía hacer con ella lo que quisiera. – Desaparece de mis pensamientos que tu no tienes fuerza alguna sobre mi. Nada maligno podrá hacerme daño, porque yo luchare hasta su destrucción. – Gritó con todas sus fuerzas, haciendo vibrar todo a su alrededor. Era una voz que iba mas allá que una petición de respeto, era la posesión total del control de todo lo existente en el lugar.

Una luz blanca empezó a dibujarse alrededor de su cuerpo, como un aura que emanaba de ella, un gran poder. En ese momento, en aquel oscuro y profundo lugar, sus pies abandonaron con dulzura aquel suelo húmedo, al mismo tiempo su cuerpo brillaba con más poder, haciendo desaparecer cualquier rastro de sombras. Mientras levitaba hacia la superficie ella sentía como algo le era entregado.

Al llegar a la luz una mujer vestida con los colores del mar al amanecer la esperaba con un gran libro, con una cubierta de piel exquisitamente elegida y decorada con varios símbolos dibujados con cierta gracia. Cerradura y lomo de bronce adornaban y aseguraban aquel bloque de las malas intenciones.

Todo el bosque era testigo de aquella iniciación de una bruja que no sabia que lo era, al subir de aquel agujero, el bosque colocó un pasto verde y esponjoso bajo sus pies, haciéndola sentir segura nuevamente.

Al ver a su madre, Winifer corrió a su encuentro, con lagrimas en los ojos le contó lo que había sucedido, le dijo que sintió mucho miedo, pero que algo extraño había sucedido, le dijo que había sentido un gran poder emanando de su cuerpo y que no lo entendía. Su madre la miro a los ojos con ternura y sabiduría y la invito a caminar.

-Mi pequeña, lo que acaba de vivir es tu iniciación a la magia. El bosque probó tus fuerzas y abrió tus ojos a la realidad, no todo es bueno en este mundo y tendrás que aprender a lidiar con eso. Al igual que yo estas conecta a este bosque, nuestra familia esta destinada a protegerlo, es un honor cuidar de el. - Winifer asentía con la cabeza, como una joven pupila que estas dispuesta a aprender. Con delicadeza, la gran señora extendía el libro de confección exquisita hacia sus manos y se semientan bajo un gran árbol que las abrazaba con sus raíces.

-Este será tu libro de las sombras, donde anotaras todas tus experiencias, la creación de tus propios conjuros y encantamientos. – mientras la gran maestra instruía a la joven pupila, acariciaba cada pagina, mostrándole lo que ella le había escrito.

-Ya he incluido algunos de los encantamientos básicos que debes saber, muchos de estos fueron creados por tu bisabuela, otros por tu abuela y unos de los mas atrevidos por tus tías y por supuesto he incluido algunos de mis mejores conjuros y pócimas.

Winifer estaba contenta con todo lo que estaba pasando, ahora era una guardiana del bosque y tendría que defenderlo con el poder que ahora ella conocía.

-Ahora mi pequeña tengo que irme. Seguirás las raíces de este árbol, ellas te llevaran a casa de tus tías, la guardianas del norte del bosque, ellas te enseñarán las artes ocultas y cuando testes lista estas raíces te traerán de regreso. Ahora despertaras y te preguntaras como llegaste aquí, no te asustes y solo regresa a casa de tus tías. Ellas te estarán esperando.
-No quiero que te vayas, desapareciste y me dejaste sola vagando en el bosque hasta este momento.
-No te preocupes, todo este tiempo el bosque cuido de ti, no te deje sola, ahora sigue las raíces y algún día me entenderás.
-Haré lo que me digas, te extraño mama.

La gran maestra beso a Winifer en la frente, colocó el libro contra su pecho entrelazándolo con sus delicadas manos y se desvaneció con calidez. Un susurro la despertó. Al abrir los ojos encontró aquellas raíces ininterrumpidas y sin fin que se internaban en el bosque y en su mente las palabras indelebles del susurro que la despertó.
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